La fama de las polillas
Pedro abrió la puerta del ranchito y salió a la vereda rumbo a la escuela pero fue como si un jugador de fútbol saliera del túnel a la cancha. El sol le había ganado la tarde al lunes y estaba ahí, en el medio del cielo, dorado y tibiecito como la copa del mundial de fútbol. La vista se le llenó de tribuna, la tribuna se le llenó de hinchada y la hinchada estalló en un aplauso estremecedor y emocionante. Pedro se santiguó, hizo un trotecito y cuando picó la pelota en el verde del estadio, ésta se convirtió en portafolios, se evaporó el aplauso, se esfumó la hinchada, desaparecieron las tribunas y la villa volvió a manifestarse acorralándole los sueños contra una chapa.Mierda, dijo Pedro, mientras notaba como se le borraban las rayas celestes de la camiseta y en su lugar volvía a lucir el dudoso blanco de su guardapolvo. Mierda, volvió a decir Pedro, mientras un agujerito en la punta de las zapatillas le refrescaba el dedo gordo del pié y la memoria, recordándole que el camino del salón no era exactamente el mismo que el del mundial de Alemania.
Pero eso sí, ahí nomás, a la vuelta de la esquina, estaba el atajo chueco de la chupina y Carlitos fumándose el presente de la escuela. Apoyado en el óxido de una columna igual que un arquero aburrido, se diría que hasta invitando a un delantero a que lo pruebe, Carlitos ya tenía decidido incrementar las aes de ausente en las listas de asistencias a clase.
Pedro se le acercó gambeteando el destino, le pidió una pitada, echó el humo y los dos se fueron a buscar un buen lugar en la vidriera donde venden televisores gigantes de pantalla plana para ver el partido en directo y la escuela en diferido. El gesto no deja de tener su encanto patriótico si es que el patriotismo tiene algún encanto. La camiseta de la selección no es la bandera, pero se le parece muchísimo, y los televisores gigantes de pantalla plana se parecen mas a la vida que la vida misma. La tentación es enorme, pero virtual.
El primer tiempo se acercó matando el tiempo de verdad, el que está antes de todos los primeros tiempos de los partidos.
Argentina sale a la cancha. Que frase, piensa Pedro rememorando su salida del ranchito rumbo a la escuela, cuando encandilado por el sol de la copa del mundo de fútbol se imaginó por un momento que el también salía a la cancha aplaudido por la tribunas. Que frase, piensa Pedro, porque si Argentina somos nosotros y Argentina sale a la cancha yo no sé que carajo hago aquí mirando el mundial de ojito. Pongamos las cosas en su lugar. A mi no me están aplaudiendo, mas bien me puedo llegar a comer un bife si mi viejo me descubre haciéndome la chupina.
Todo esto pensaba Pedro sin sacar la vista de la pantalla, encandilado por los primeros planos de los botines Nike, la pelota Teamgeist y el césped alemán, hasta que terminó el partido.
Al principio se contagió un poco del vamo vamo sin eses que todos se pusieron a cantar, después saludó a Carlitos que se quedó como un arquero aburrido apoyado en el óxido de la misma columna de la misma esquina.
Cuando llegó al ranchito su mamá estaba emparchando unos viejos pantalones y, sin despegar la vista de su tarea, cariñosamente, le dijo. Te voy a contar un cuentito. Escuchá. Resulta que una vez una polillita se escapó del ropero ansiosa para dar su primera vuelta por los dormitorios del mundo. Cuando volvió, la mamá polilla le pidió que no vuelva a salir sin avisar. La polillita le dijo que no se preocupara, que todo el mundo estaba encantado con ella. Intrigada, la madre le preguntó qué era lo que le hacía pensar eso. Todos aplaudían a mi paso, respondió la ilusa. La mamá polilla la miró comprensiva y finalmente le dijo, de todas formas, la próxima vez avisame, no vaya a ser que en lugar de aplausos te estén intentando aplastar.
Pedro respondió con una sonrisa cuando su mamá levantó la vista y le clavó una mirada pícara y sin palabras que, sin embargo, claramente decía, respondeme con una sonrisa.
10 comentarios:
Felicitaciones Tomi! muy bueno, como siempre..y el texto también, que chiquitos son nuestros sueños y que grande el bife de la realidad, la mejor manera de combatir esto (creo) es abocarse a una disciplina artistica...en el juego de impostura que es el arte uno puede ser Napoleón o Houseman o el asesino de Napoleón etc, etc, sin estar dando explicaciones a nadie....muy buena la ilustración, un abrazo!
las mamás estamos para eso, para enseñar con metáforas y miradas cómplices en vez de gritos, tirones de orejas y maltrato físico o mental; pero siempre siempre con tierna firmeza, para que el cachorro no se haga el piola e intente doblarnos la muñeca.
sin un tutor derechito y fuerte, el arbolito, a la primera se tuerce.
(hola, tomi)
Usted dice eso porque es jovencito todavía, Sánchez. Se nota que, aunque los vea chiquitos, sus sueños son enormes, como corresponde. Por ese lado, entonces, no habría nada que combatir, salvo esa tendencia a minimizarlos. Por otro lado la impostura es una acusación falsa y malintencionada, un engaño con apariencia de verdad. No le voy a obligar a hacerlo, usted puede creer lo que quiera y hace bien, pero piense por un momento que el arte, según mi humilde opinión, no es ese juego de impostura que usted dice sino todo lo contrario, es una denuncia cierta y bienintencionada, es una verdad aunque aparente ser un engaño, entonces, de pronto, no va a necesitar ser Napoleón ni Houseman, de pronto no va a necesitar matar a nadie para seguir sin dar explicaciones, de pronto va a ver la verdadera dimensión que tienen sus sueños, de pronto no va a querer ser mas que un artista llamado Nicolás Sánchez y de pronto va a intuir, como decía el Pocho Lepratti allá en Ludueña, un mundo donde quepan todo los mundos.
Mi viejita cada vez que me llama me dice negrito mio de mi alma y de mi corazón mi nenito hermoso sos lo mas bueno y lo mas lindo que hay en el mundo mundial entero... dice lo mismo desde que tengo uso de razón... pinta de metáfora tierna y firme dicha por un tutor derechito y fuerte no tiene... ahora me dejaste con la duda, Viruta, no se si soy un arbolito de navidad o un palo borracho.
A veces es sano ratearse de algunas educaciones, aunque sea para chusmear un rato la vida plana de los televisores, y a pesar de que las madres nos aplaudan la cara.
Lo que es seguro es que sos un arbol de muy buena madera, de esa que se usa , seguramente, para hacer lápices de colores, y 3b y todos aquellos que sirvan para ponerles ilustraciones a un planeta que está necesitando menos corruptela, más arte, más solidaridad y más mamás Anitas que planten hijos de buena madera que no necesiten tutor.
Las manos de mi madre son como pájaros en el aire, Miolnir, dice Jorge Rojas.
Tantos años entrenando el pulso firme para llegar a leer dos palabras tuyas, Manu, y que me quede temblando... Shit!.
Excelente!!! De principio a fin, cada vez más y más bueno.Un bueno bien amplio, de esos que contienen el hecho de hacer bien algo, pero también de hacerlo con bondad, qué es aun más importante.
Sed buenos pero también sed un poquito malos, dicen por aquí, Nicolás.
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