miércoles, 26 de diciembre de 2007

Cuento Alimento

CUENTO ALIMENTO
Angélica, ¿donde estás?
Ni las despiadadas amenazas de muerte que el dólar le asesta en la espalda a la economía nativa ni el desenfreno contemporáneo de este siglo veintiuno habían logrado sacarlo nunca de sus casillas. Está bien que Cachito tenía solo doce años pero su serenidad era casi un milagro si tenemos en cuenta la inestable balanza de la ley de ecuanimidades, una balanza donde, por ejemplo, los muertos de hambre conviven socarronamente con el perfume Número Uno Imperial Majesty de setecientos mil pesos el frasquito.
No. Nadie, nunca ni nada subvertían a Cachito. Solo la mirada profunda de Angélica.
Angélica de los barrios altos que estabas mas cerca del cielo que de la tierra y yo a tus pies sin poder alzar un vuelo de gorrioncito te tenía que espiar desde la vereda Angélica, ¿donde estás?.
Angélica del otoño de las cortinas bordadas que hacías que estudiabas pero me mirabas y no querías que me dé cuenta que me estabas mirando pero yo me daba cuenta Angélica, ¿dónde estás?.
Ni la ignorancia que a la pobreza le dispensan los altos estratos sociales, ni lo ciega, sorda y muda que se ha quedado la justicia, habían logrado despertarle nunca envidia ni animadversión alguna. Está bien que Cachito tenía solo doce años pero su tolerancia era casi heroica si tenemos en cuenta la brutal desproporción que existe entre la frivolidad y la compasión, una desproporción que permite, por ejemplo, que pululen alegremente los indigentes a la intemperie con la Bridge Suite del hotel Atlantis en las islas Bahamas de setenta y siete mil quinientos pesos por día.
No. Nadie, nunca ni nada subvertían a Cachito, solo la mirada profunda de Angélica.
Angélica del invierno de los vidrios empañados de calefacción donde hacías unos huequitos con los dedos para que tu mirada viera como ahí abajo yo me aguantaba el frío igual que Súperman nada mas que por verte en la ventana Angélica, ¿dónde estás?.
Angélica de la primavera de las ventanas abiertas y tu mirada completa revoloteando en la siesta de las mariposas y yo en la vereda llena de flores te quería Angélica, ¿dónde estás?.
Ni la flagelación del descrédito que acecha constantemente las manos vacías en los bolsillos rotos, ni la cultura sectaria que abandona la nobleza de los que trabajan en la mas puta insalubridad pero jamás roban nunca habían logrado deshacer la pureza de su alma. Está bien que Cachito tenía solo doce años pero su lealtad era casi la gloria si tenemos en cuenta el infame abismo de diferencias que existe entre la declaración de los derechos humanos y los seres humanos propiamente dichos, un abismo en el que fluctúan, por ejemplo, los pobres desamparados de esta tierra y la biplaza Bugatti Veyron de Volkswagen de tres millones quinientos cincuenta y seis mil pesos.
No. Nadie, nunca ni nada subvertían a Cachito. Solo la mirada profunda de Angélica.
Angélica del verano, tu casa toda cerrada y algo me quema en el pecho mas todavía que la vereda desierta como un desierto caliente de sol en la planta de mis pies descalzos Angélica, ¿dónde estás?.
Angélica de vacaciones si supiera donde fuiste correría tanto como la ventanita del tren donde van tus ojos y vos me seguirías con tu mirada por los paisajes, y en las estaciones apoyaría las palmas de mis manos en el vidrio donde están apoyadas las palmas de tus manos para que se puedan ir juntas de vacaciones las tuyas como siempre y las mías para aprender Angélica, ¿dónde estás?.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Diario El Ciudadano

Martín Palermo, Fernando De La Rúa, Graciela Fernández Meijide, Eduardo Duhalde y Carlos Saúl Méndez. / Caricatura para el diario "El Ciudadano" de Rosario, 1998/1999. Grafito, pastel, y témpera sobre papel madera.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Diario El Ciudadano

José Luis Cabezas, De La Sota, Méndez, Erman González y Ramón Ortega. / Caricatura para el diario "El Ciudadano" de Rosario, 1998/1999. Grafito, pastel, y témpera sobre papel madera.

Diario El Ciudadano

Alberto Olmedo, Carlos Reutemann, Hermes Binner, Horacio Usandizaga, Alberto Natale. / Caricatura para el diario "El Ciudadano" de Rosario, 1998/1999. Grafito, pastel, y témpera sobre papel madera.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Diario El Ciudadano

Méndez, Duhalde y Corach. / Caricatura para el diario "El Ciudadano" de Rosario, 1998/1999. Grafito, pastel, y témpera sobre papel madera.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Ilustreciones

Grigori Yefímovich Rasputín. Pokrovskoie. Rusia / Grafito, difumino, pasteles y témpera sobre papel madera. / Ilustración realizada para la sección "El reportaje imposible" de la revista "Toca Madera".

martes, 18 de diciembre de 2007

Argentines kings magicians

Reyes magos argentinos. Ilustración realizada para la revista "La Luciérnaga" de la ciudad de Córdoba, Argentina / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración (detalle) para la portada de la revista "La luciérnaga" de Córdoba. Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración (detalle) para la portada de la revista "La luciérnaga" de Córdoba. Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Ilustracuento

Ilustraciones para cuentos / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración (detalle) para la portada de la revista "La luciérnaga" de Córdoba. Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Polenta con pajaritos

Viñeta (detalle) de la historieta "¡Polenta con pajaritos!" realizada para la revista "Fierro" (segunda época). / Lápiz sanguina, lápiz cepia, y pasteles sobre papel madera. Composición y armado en Photoshop Pilar Tomey y Gotán Producciones, Palma de Mayorca, España.

Polenta con pajaritos

Viñeta (detalle) de la historieta "¡Polenta con pajaritos!" realizada para la revista "Fierro" (segunda época). / Lápiz sanguina, lápiz cepia, y pasteles sobre papel madera. Composición y armado en Photoshop Pilar Tomey y Gotán Producciones, Palma de Mayorca, España.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Juan Gelman. Buenos Aires. Argentina. Poeta y periodista. Premio Cervantes 2007. / Ilustración realizada para la portada del periódico de distribución gratuita "Mundo Hispano" de Barcelona.

Cuento Alimento

CUENTO ALIMENTO
Entre mentas y poleos
Aunque cada veinticuatro de diciembre su mujer lo preparaba con religiosa meticulosidad, la sola presencia del pavo relleno apesadumbraba a Fantasio, ni que decir de los sándwich de miga, los turrones, las garrapiñadas, los confites, las nueces, las almendras y la champaña que acompañaban al pavo, así que como cada año, con un esfuerzo sobrehumano, volvió a alcanzar la puerta y se fue a dar una vuelta. Siempre había sido un poco angurriento y la tentación de picar algo le ganaba por goleada a cualquier dieta que emprendiera. Pero no era la glotonería lo que le acongojaba el alma, era la culpa, y es que a pesar de la prosperidad de su familia, Fantasio no podía olvidar que mientras él y los suyos comían por demás, había mucha gente que comía de menos y esta idea se le hacía insoportable sobre todo cuando llegaban las fiestas.
La tarde estaba desierta, hacía mucho calor y la frente se le fue llenando de gotitas de transpiración a medida que caminaba. Por fin encontró un sauce y a su sombra se dejó caer cuan largo y ancho era. Cerró los ojos, sintió un poco de fresco y se durmió. Se despertó sobresaltado, mucho mas acalorado que antes y con la sensación de estar rodeado. Una especie de insólito temor se había apoderado de sus nervios, ni siquiera se atrevía a bajar la vista de la copa del árbol lleno de destellos de sol y observar a su alrededor. Entonces volvió a cerrar los ojos como intentando reconciliar el sueño pero la intriga se adueñó de su modorra, así que con un rápido movimiento se sentó.
Quedó estupefacto. A sus pies había una enorme cantidad de gente de muy escasa estatura vestida de una forma por demás de extraña. No había uno solo de ellos que le llegara a la altura de la rodilla ni mucho menos.
Cuando se puso de pie, todos al mismo tiempo y en medio de un suave aroma a peperina se le apartaron un poco, y cuando casi al borde del pánico volvió a caer sentado, se le volvieron a arrimar cautelosamente.
Sintió como si las gotitas de transpiración de su frente se hubieran transformado en un mar perpendicular que se le derramaba hacia la nariz. Instintivamente quiso secarse y fue ahí cuando se dio cuenta que tenía la mano enfundada en un guante. -¡Ah!, ¡¿Qué me hicieron?!- Preguntó entre chillidos aterradores mientras se miraba desorbitado, y es que al principio, como el guante era rojo, creyó que los enanos lo habían despellejado o algo parecido. Pero no había sido tan grave. Los tipitos solo lo habían disfrazado con el sacón y los pantalones de Papá Noel.
De ahí provenía el agobiante calor que le invadía el cuerpo entero, de ahí y de la barba enganchada en las orejas, del cinturón que le ajustaba la panza, del gorro ribeteado con esa hirviente lanita blanca que le calcinaba los sesos y de las botas que le habían calzado encima mismo de las alpargatas.
Cuando dejó de gritar, uno de los pequeños personajes se adelantó al grupo, frunció el seño, entrecerró los ojos y apoyándose suavemente el índice en los labios le pidió silencio. -¿No ves que están todos durmiendo la siesta?- le reprochó con una voz entre ronca y aflautada.
Fantasio, se diría que hasta mas obediente que cagado, asintió con la cabeza mientras se tapaba la boca con ambas manos enguantadas y abría los ojos mas grandes todavía.
Vamos a ver... a vos te toca hacer de Papá Noel en Córdoba- prosiguió el hombrecito mientras se mecía la barba con los dedos y revisaba un pergamino amarillento y arrugado. -Supongo que no creerás que hay un solo Papá Noel para atender a todo el mundo ¿verdad?-. Fantasio asintió sacudiendo la cabeza a pesar de que no creía que existiera ni medio papá Noel. -...Bien...- Prosiguió su diminuto interlocutor -Vos pedinos lo que quieras, nosotros somos los encargados de darte lo que necesités para que los changuitos pasen una noche feliz-.
Fantasio no podía creer lo que estaba escuchando, se volvió a mirar el disfraz detenidamente, las manos con los guantes rojos, el gorro con el pompón blanco y sobre todo el cinturón, ese cinturón que no hacía mas que recordarle la comida de sobra y la gente con hambre. Pasó de tener un miedo descontrolado a estar tiernamente conmovido. Se empezó a sentir emocionado, era la oportunidad de resarcirse de su gula y ayudar a mitigar el hambre de los demás, buscaba en el aire los ingredientes de sus deseos, los ojos se le empañaron de unas lagrimitas tibias que le enturbiaban la vista, una idea brillante se hizo cargo de su voz y le trepaba por el pecho como la erupción de un volcán, se puso de pie y saltando de aquí para allá gritó una y otra vez invadido por una inconmensurable alegría -¡Una olla!...¡Necesito una olla!... ¡Nada mas que una olla!-. Los enanos enmudecieron y lo miraban sin articular palabra mientras se abrían en círculo a medida que seguían su trayectoria hasta que por fin el que había hecho la oferta exclamó -¡Baaastá!, ¡Silencio!, ¡¿Cómo que una olla?!-, a lo que Fantasio especificó entusiasmado -¡Si, sí!...¡Una olla para cocinar!...¡Nada más!-.
Esa noche, en una enorme olla que llevaron los duendes cocinó todo el remanente que había traído de su casa para saciar el apetito de un montón de changuitos que recibieron un plato de comida como un regalo de navidad, estaba tan feliz que no quería que la cena se terminara nunca y tanto es así que cuando todos estaban a punto de irse a dormir le vieron arrastrando la enorme olla hacia el río con la excusa de tener que lavarla, pero solo trataba de eternizar ese momento para siempre.
Al día siguiente los invitados volvieron a donde le habían dejado. Era un día de muchísimo calor pero esperaron, y tanto esperaron que se amodorraron y se zambulleron para refrescarse, lo siguieron esperando y desesperando, lo buscaron entre las rocas crepitantes, lo terminaron rastreando entre las mentas y los poleos y hasta lo bucearon en el fondo del río y en los arreboles del cielo, pero Fantasio jamás fue vuelto a ver y desde ese día y en su honor el balneario que está junto al río San Antonio lleva su nombre.
Pero todavía queda un dato verdaderamente sorprendente. No muy lejos de este lugar fue encontrada la olla que habían traído los duendes, razón por la cual a este otro balneario lo llamaron, y valga la redundancia, La Olla, es mas, cuentan los baqueanos que, según como se muevan algunas de las prehistóricas piedras, aún se la puede ver brillar en el fondo del río y quien con la suerte de verla cuente, predicen, nunca será abandonado por la prosperidad. Pueden comprobarlo ustedes mismos, si así lo desean.

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración para la portada de la revista "La Luciérnaga" de la ciudad de Córdoba, Argentina.

Glorias del deporte

Miguel "Happy" Lora Escudero. Montería, Córdoba, Colombia. Campeón mundial en la categoría gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Ilustración para la sección "Glorias del deporte" del periódoco "Mundo hispano".

Glorias del deporte

Marco Antonio "el diablo" Etcheverry, Santa Cruz, Bolivia, Fútbol. Caricatura para la sección "Glorias del deporte" del periódico de distribución gratuita "Mundo Hispano" de Barcelona.

martes, 4 de diciembre de 2007

Arquitextos

Estadio de fútbol diseñado como fuente de tallarines en homenaje al almuerzo dominical antes del partido. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pastel Rembrandt ocre amarillo (227,9), pastel blanco super suave (101,5) sobre papel madera. Recortado y montado en Photoshop.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El ángel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
Mi mamá me mima
Africaba el sol en la espalda como una brasa apoyada en la nuca. El carro era lo único que chirriaba y crujía en el mundo entero. Facundo y su viejo aguantaban el sopor de la siesta a durísimas penas. Facundo tenía el cuero cabelludo caliente. El viejo transpiraba y sostenía las riendas. Facundo revoleaba el látigo y le asestaba blandamente a las ancas del animal. El látigo volvía trayendo olor a cuero sudoroso. Buscar botellas era lo mismo que buscar soles chiquitos sobre la tierra. Soles chiquitos sobre cielos chiquitos color verde vidrio. No era difícil encontrarlos. Lo difícil era venderlos. Facundo creía en los reyes. Pero Facundo trabajaba con su viejo, y eso era casi como ser un rey mago.
Mi mamá me mima, escribió Facundo en el colegio. Lo escribió en un montón de renglones, lo mas prolijito que pudo. No veía la hora de salir para mostrárselo a su mamá. Le parecía una verdad más grande que una casa y le daban ganas de regalarle el cuaderno. Cuando salio lo pensó un ratito y antes de llegar al rancho arrancó la hoja y la dobló en cuatro. Te traje un regalito, tomá. Dice mi mamá me mima. ¿Ves?. En todos estos renglones dice mi mamá me mima y esa es la verdad.
Facundo teneme el carro, voy a ver que hay en ese baldío. Dejá papá, me salto yo. Facundo salto del carro como una lauchita y se trepó a la pared. Su cuerpito se recortó perfectamente sobre una pintada. Sueldos de hambre. Bajos salarios. Bajá papá. Hay un montón de tornillos, un montón de chapas, un montón de botellas. Saltaron. Era un mar de cardos en flor. Suerte color violeta. Pincha el tallo y acaricia la flor. Llenaron dos bolsas de arpillera. Facundo creía en los reyes.
Dice mi mamá me mima. ¿Ves?. En todos estos renglones dice mi mamá me mima y esa es la verdad.
Llegaron a la villa. Facundo se prendió a la canilla pública. Bajo las bolsas y contó. Botellas enteras cincuenta. Vidrios rotos diez. Mi mamá me mima. Comió algo, después agarró un papel y un lápiz. Pensaba escribirle a los reyes aunque no era reyes. Queridos reyes. Mandenmé tres cuartos de pan y si pueden, un autito de juguete. Pensó y pensó pero escribió otra cosa.
Queridos reyes. Mi mamá me mima.
Irse a dormir era reconocerse los huesos molidos. Eran cinco minutos de ojos abiertos y luz apagada, imaginando en el aire inmóvil, reyes magos, panes, y autitos de juguete. Era despertarse a la mañana tratando de recordar en que momento la noche terminó y apareció este rayito de sol que se cuela por aquel agujero en la chapa. Ángeles de lata que escriben su historia de soles chiquitos sobre cielos chiquitos verde vidrio. Queridos reyes aunque hoy no sea reyes. Tres cuartos de pan y autitos de juguete si se puede.
Mi mamá me mima ciento cincuenta mil renglones.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración (detalle) para la portada de la revista "Toca Madera". / Lápiz sanguina, lapiz sepia dunkel 263, pastel Rembrandt ocre amarillo (227,9), pastel blanco super suave (101,5). Recortado y armado en Photoshop.

Tarot (El juicio)

El juicio / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Tarot (El papa)

El papa / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Tarot (El emperador)

El emperador / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

El ángel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
Otra vez será
Un dios latinoamericano, acodado en las ramas más altas de un ombú al que el respeto le hacía temblar las hojas, hizo un gesto así, con la mano, como diciendo Latinoamérica es mía. Se acariciaba la barba y tecleaba con un dedo la notebook apoyada en una nube pasajera leyendo una Web de ofertas de regalos made in para estas felices fiestas.
Mientras tanto el papá Noel argentino se empeñaba en reparar los juguetes que había encontrado revolviendo el basural. Muñecas sin brazos, pelotas de fútbol desgajadas y autitos sin rueditas. A las muñecas les enganchaba los brazos sueltos con un alambre, a las pelotas de fútbol las untaba con grasa de vaca y a los autitos sin rueditas les ponía una ruedita sin autito. La mesa estaba llena de papeles, cinta scoch, pomitos de pega todo, tijeras, pinzas, martillos, almohadillas de alfileres, agujas, hilos de colores, miguitas de imaginación, esperanza, ángeles de lata y cartas de los pibes.
El dios latinoamericano bostezaba y de soslayo controlaba al papá Noel argentino que había quedado en terminar todo para las doce si el tictac de las puntas de las manecillas del reloj del diablo no le tatuaban arrugas de angustia en la cara. Todo sea con tal de ahorrarle un peso al bolsillo agujereado, que al final una muñeca de trapo industria nacional y mirada fija no es menos muñeca que esas de plástico y ojos celestes que se cierran y tienen un sello de Taiwan en la planta del pie.
Pero se había hecho tarde por culpa del sol que es mas lento que un molino sin aire y no corre ni aunque los yanquis se estén robando las tranqueras de la Patagonia.
Se había hecho tarde y el dramatismo de la única vela pintaba con el pincel de la llamita el interior del rancho de color naranja atómico. Afuera María miraba al dios latinoamericano con las brasas encendidas preguntando la hora y a ver si terminará para las doce este condenado y todo el campo estaba azul como el manto de la virgen. El dios latinoamericano entornaba los ojos al cielo con el índice creador posado por las dudas en la tecla enter de un servicio de mensajería urgente puerta a puerta y rezaba un padre nuestro aunque él sea guacho.
A las doce dan las doce campanadas y millones de pequeños corazones demandantes rodearán los árboles de navidad y buscaran entre sus ramas un paquete con un moño por mas que no hubiera un paquete con moño.
El papá Noel argentino trata de cumplir como todos los años aunque la deuda eterna nacional venga degollando navidades y escurra las sonrisas de los niños de dios por las bocas de tormenta de las veredas argentinas. Trata de cumplir aunque el desempleo venga amputando felices años nuevos y arroje los dedos del sueldo mínimo a los chanchos. Trata de cumplir aunque la economía tale los árboles de navidad y deje en la penumbra del comedor las lucecitas intermitentes quemadas. Trata de cumplir aunque el dólar venga boleando cachilos y el euro pavos rellenos y entre las dos monedas de una sola cara tiren la canasta familiar a la mierda.
A las doce menos cinco el papá Noel argentino se ajustó el cinturón lleno de monedas, se puso un sombrero de ala ancha, se cargó el enorme costal lleno de regalos envueltos en papeles de diario pintados con acuarela al hombro, le dio un sorbo al mate del estribo, se mojó la punta del índice y del pulgar con saliva y los apoyó en la mecha de la vela que hizo pssst y se apagó. Afuera el caballito zapateo preparando el vuelo y los teros vigilantes le chusmearon a la virgen que el papá Noel argentino se iba. El dios latinoamericano cerró la notebook, la luz de la pantalla dejó de iluminarle la cara y se recostó como si hubiera trabajado un año seguido. La virgen suspiró aliviada y en el suspiro dijo ay dios mío ay dios mío.
A las doce y un segundo el papá Noel argentino ya había cumplido, se había sacado las espuelas y había repartido en lugar de una espeluznante cantidad de pedidos de playstations, celulares y emepetreses, un sinnúmero de juguetes recauchutados con una millonada de tarjetitas que decían “otra vez será”.

martes, 27 de noviembre de 2007

El ángel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
El ángel del serrucho
En los alrededores de Jerusalén prolifera un arbusto que alcanza a medir unos quince o veinte centímetros de altura y tiene unas ramas curvas armadas de espinas que crecen de a pares en el mismo punto con la peculiaridad de que una de ellas es recta y la otra encorvada. Se lo conoce popularmente como jujube pero su nombre científico es ziziphus spina christi. Esta especie de espinillo no tendría ni la mas mínima relevancia si no fuera porque se cree que con sus ramas se trenzó la corona de espinas con que ciñeron a Jesucristo el día de su crucifixión hace ya mil novecientos setenta y cinco años, y aunque es apenas mencionada solo por tres de los evangelistas y esporádicamente por los primeros sacerdotes cristianos, en los primeros seis siglos no son muchos los escritores que hacen referencia a ella como una reliquia conocida, en existencia y venerada por los creyentes.
Como es lógico de suponer se generaron multitud de versiones sobre el paradero de las sesenta o setenta espinas de aquella corona desde que San Luis las separó de las ramas para repartirlas hasta que, entregadas por María de Escocia a Tomás Percy Earl de Northumberland, las dos que supuestamente han sobrevivido hasta nuestros días son veneradas actualmente, una en la iglesia de Ghent, en Bélgica, y la otra en la universidad jesuítica de Stonyhurst en Lancashire, Inglaterra.
La versión de que una tercera espina estaría oculta en la vicaría del Sagrado Corazón del barrio
Ludueña de Rosario basa sus fundamentos en la leyenda del ángel del serrucho, quien, al ser designado por dios para liberar a Jesucristo de la corona de espinas, acorazó su cuerpo con latas para no lastimarse en el intento, calculó la dureza de la diadema y se armó de un serrucho poniéndose manos a la obra. Ya sobre la cabeza de Jesucristo, agarró una de las espinas de la corona y aunque lo hizo con mucho cuidado no pudo evitar ensartársela en un dedo. Sintió la puntada pero no le dio importancia y apoyando el serrucho cortó la espina, la desclavó y la tiró. Jesucristo sintió un pequeño alivio al tiempo que el ángel del serrucho sentía una pequeña molestia. Fue un instante, porque en el lugar de la espina truncada creció otra inmediatamente y se incrustó en la mismísima herida que había originado la espina anterior en la frente de Jesucristo. El ángel del serrucho levantó la espina seccionada y voló hasta aquella vicaría donde la escondió para luego volver a su estoica tarea que, según ya se había percatado al ver que las espinas amputadas renacían, resultaría interminable, como así lo fue.
Los rosarinos llevan su propia corona de espinas sobre la cabeza y se la tratan de sacar como mejor pueden. La tarea es ardua y necesita de un empeño meticuloso. Cuando logran deshacerse de algunas, crecen otras en su lugar, se vuelven a hincar en sus frentes y finalmente se van acostumbrando a andar con ellas por la calle. A algunos se les nota tanto que despiertan en los demás ese urgente instinto de ayudar incluso olvidando que también ellos están necesitando ayuda.
Así pues, mas que esa tercera espina sobreviviente de la corona de Jesucristo, el que pasó a la fama en Rosario fue este estoico angelito acorazado de latas al que los rosarinos decidieron imitar prestándose desinteresada colaboración para desespinarse unos a otros y comprobar que a pesar de sus propias espinas tienen la capacidad suficiente para fijarse en las espinas de los demás.
Yo creo que si el cura párroco de la Vicaría del Sagrado Corazón de Ludueña encontrase aquella primera espina que escondió el ángel del serrucho, ni se le pasaría por la cabeza bendecirla y sacarle provecho convertida en punto de peregrinación y la tiraría a la revoleadísima mierda.
Pero el que la quiera buscar y vendérsela al mejor postor, que la busque, porque la va a encontrar. Puede que tal como las otras dos ciudades antes mencionadas, Rosario se saque una espina e incremente su turismo.
Amén.

lunes, 26 de noviembre de 2007

El ángel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
Las vidrieras
Vertical y filosa, la vidriera es la guillotina de las tentaciones. Solo pueden atravesarla, sin riesgo y con relativo éxito, las miradas, el dinero, las tarjetas de crédito y los adoquines. Y tal vez los deseos. Porque el deseo aferra lo que quiere antes que la mano, y una vez que lo aferra no lo suelta y se pone a convencer a la mano para que vaya a buscar lo que parece suyo pero no es suyo. Si lo miro fijo me lo veo puesto, si me lo veo puesto me parece mío y cuando es mío desaparecen todas las vidrieras del mundo. Pero no siempre el deseo convence a la mano, solo tal vez. Depende del empeño de la mirada, de la vileza del metal, de la solvencia del crédito o de la bravura de los adoquines.
Muy mal bicho el que inventó las vidrieras. Porque hay que ser mal bicho para dejar pasar a los ojos y no dejar pasar a la gente. Uno va lo mas conforme por ahí con lo puesto y de golpe, detrás del hielo invisible de los vidrios, el calorcito que despide la tentación de algo mas que quiere tener el que tiene y algo menos que no tiene el que no tiene.
Todo parece indicar que entre el desprevenido deseoso y el objeto deseado no hay mas que un paso, pero no, primero están los vidrios, un tajo azul en la sangre roja avisando que hay mas distancia de la que pensamos. No me vas a decir que nunca te acercaste tanto para ver mejor el objeto deseado que te terminaste comiendo la vidriera con la frente. Ahí es cuando aprendemos que el vidrio no se rompe si no lo rompe uno. Siempre después que las vidrieras nos hayan hecho añicos el cristal de los deseos.
Las vidrieras del tercer mundo son las ventanas del primero. De aquel lado están los deseos cumplidos, las Nike Rival Shox Leather, los Lee Bootcut Original, las Barbie Gerl Fashion Fiver, la hamburguesa Doble de Mac Donald´s y la madre que los parió. De este lado, la paciencia de los pies descalzos, la esperanza del pantalón emparchado, las manos vacías de letras, la moneda ausente, el pan de ayer, el hambre para mañana, la ñata contra el vidrio y la puta calle.
Las vidrieras tendrían que ser de agua colgada para poder pasar, mojado aunque sea, pero poder pasar. Que al pobre se le moje la ropa y al rico las tarjetas de crédito, y a ver quien paga efectivo. O que los deseos sean adoquines, y a ver quien es el que desea mas fuerte. O que las vidrieras estén siempre empañadas para que, al menos, el que no quiera ver, que no vea, y que el que quiera ver tenga que pasar la mano por el vidrio y palpar así el límite preciso entre el puedo y el no puedo. Porque el límite impreciso es el deseo.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Maternidad

Ilustración para la revista "La luciérnaga" de Córdoba. Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

sábado, 24 de noviembre de 2007

El angel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
Asesinos seriales
Hoy en el techo del monumento hace un frío de la san puta pero se ve Rosario tan lindo que te hace sentir calor. Buenos Aires ni se ve de tan grande que es Rosario y Rosario se ve como si fuera de juguete de tan grande que son mis manos. Llegar hasta aquí no es demasiado difícil para nosotros, los ángeles de lata y, la verdad sea dicha, para ningún rosarino que se precie de tal. Digo esto porque todos deberíamos saber a esta altura de los acontecimientos que los habitantes de esta ciudad volamos, cuando no corremos. El único inconveniente son aquellos a los que se les ocurre volar en círculos y no en bandada.
Me siento en el borde y miro para los cuatro puntos cardinales. Desde aquí arriba se ve venir el río de frente, los camalotes, los barcos, las crecientes y el mapa de Rosario.
Las calles parecen un dibujo hecho con regla y escuadra, la gente también. Puntitos que van y vienen trayendo y llevando sus problemas en lugar de tirarlos en las bocas de tormentas, en las alcantarillas o en los container de la basura. Puntitos que forman la cara del mapa, puntitos que hacen que el mapa viva y se muera un poco.
Las lucecitas tiemblan cuando se zambullen en el reflejo del padre de los ríos, los sauces de la isla meten la punta de sus pies en el agua tratando de cruzar para este lado de una vez por todas y un montón de ventanas iluminadas cuentan anécdotas eternas de la vida entre cuatro paredes. Mas allá, cerca del horizonte, cuando la altura de los edificios agacha la cabeza para no dársela contra el cielo, parece que todo se derrumbara y se convirtiese en miseria y en mas anécdotas eternas de la vida.
Entonces, cuando el aire me refresca la punta de las alas, empiezo a sentir la furia de estar vivo. Siento el segundero del tiempo en el pulso de mi corazón. Quiero que ya sea mañana y despabilarme estirando las alas en el medio de la justicia de la mano de Yanina García, de Juan Delgado, de Graciela Acosta, de Rubén Pereyra, de Ricardo Villalba, de Walter Campos, de Marcelo Pacini y de Graciela Machado y ver como Claudio, en lugar de subirse al techo de la escuelita se sube al techo del monumento y vuelve a gritar ¡Hijos de puta, dejen de tirar que hay pibes comiendo!, pero esta vez nadie sufre, nadie muere, nadie miente, y vuelven a brillar los campos de trigo y de maíz para que Rosario vuelva a ser la capital de los cereales y no la capital de los asesinos seriales.

viernes, 23 de noviembre de 2007

El angel de lata

LOS VUELOS RASANTES DEL ÁNGEL DELATOR
El eslogan electoral y la muñequita manca
Displicente y mentiroso como el eslogan de una campaña electoral el tiempo pasa sobre los techos de chapa de las villas argentinas. Displicente y mentiroso por mas que la cola de la estrella fugaz vaya dejando un montón de brillitos en el aire y nos confunda buenamente el ánimo al tratar de alegrar un poco el derrotero de los reyes magos. Brillitos efímeros que apenas duran lo que dura la propaganda de esa refulgente muñeca nueva en los onerosos segundos de la televisión navideña y ya está, habrá que ponerse a esperar las próximas fiestas para verlos de nuevo (y de lejos) y con un cachito de alambre arreglarle el bracito y consolarle la existencia a la muñequita manca para que no se acobarde y siga viviendo en la miseria unos años mas.
La noche era azul como los pecados capitales y la esperanza blanca como la franja del medio de la bandera de este plateado país. Pasé a visitar un ratito a Noel, a los reyes y al pibe de dios justamente con el ánimo de manguearles algún bracito de sobra, aunque sea fallado. Les estuve cebando unos mates y traté de sacarles conversación pero estaban tan preocupados preparando ese injusto reparto de juguetes y esa trasnochada vuelta al mundo que no me dieron ni cinco de bola así que me fui asqueado de tanto santo y tanto monarca y terminé charlando con los pobres camellos, con los que, sinceramente, me sentí mucho mas identificado que con los reyes por el solo hecho de que están tan jorobados como nosotros. Total que me monté en uno y nos fuimos en patota a dar una vuelta previa por la actualidad nacional. No se si habrá sido el cambio climático, el resplandor del sol del escudo (que nunca se termina de asomar), la inflación (que nunca se termina), el porrón que nos chupamos antes de subir o las jorobas de mis amigos, pero desde allá arriba, la verdad, no se notaban demasiados progresos. Es mas, daba toda la impresión de que las mismas baldosas seguían despegadas de las mismas veredas y de que la deuda externa perduraba tan intacta como perdura la cara dura de los torturadores en sus blandos arrestos de entre casa. Si no fuera porque, aún aguzando la vista, no pude confirmar con certeza la situación (y no me gusta mentir demasiado), juraría que todo está igual, lo que resulta verdaderamente decepcionante si sacamos la cuenta de la cantidad de platos que lavamos para poner la casa en orden, de los puntos finales que le pusimos a nuestros reclamos, de lo debidamente obedientes que al final fuimos nosotros y no los que debían serlo, de las suelas que nos gastamos caminando para seguir al que no nos iba a defraudar, de las cirugías sin anestesia que nos aguantamos sin desmayo o de lo último que se perdió que fue esa millonada de esperanzas. Si no fuera porque, aún aguzando la vista, no puedo confirmar con certeza la situación (e insisto, no me gusta mentir demasiado), juraría que a la Argentina que viene, como he oído decir por ahí, no la podemos hacer entre todos primero porque la Argentina que viene ya llegó hace un rato largo, segundo porque el tiempo sigue pasando displicente y mentiroso como el eslogan de una campaña electoral y tercero porque para que a la Argentina que viene la hagamos entre todos siempre nos van a faltar aquellos sesenta mil brazos (mas el de la muñequita manca).
Memoria señoras y señores, memoria y recién después feliz navidad.

Tarot (El mundo II)

El mundo (2) / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Tarot (El mundo)

El mundo / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

Tarot (Los enamorados)

Los enamorados / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

martes, 20 de noviembre de 2007

Tarot (La fuerza II)

La fuerza (2) / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Tarot (La estrella)

La estrella / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Tarot (La fuerza)

La fuerza / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Tarot (La luna) II

La luna / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tarot (La luna)

La luna / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

Tarot (La muerte)

La muerte / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Tarot (El carro)

El carro / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

martes, 13 de noviembre de 2007

Tarot (La templanza)

La templanza / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Tarot (La torre)

La torre / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Cuadros de historietas

Viñeta (detalle) de la historieta "Polenta con pajaritos" publicada en la revista "Fierro" (primera época). / Lápiz sanguina, lápiz ciena, pasteles y tempera sobre papel madera.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Cuadros de historietas

Viñeta (detalle) de la historieta "Polenta con pajaritos" publicada en la revista "Fierro" (primera época). / Lápiz sanguina, lápiz ciena, pasteles y tempera sobre papel madera.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Tarot (El ahorcado)

El ahorcado / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Tarot (La rueda de la fortuna II)

La rueda de la fortuna. / Ilustración (detalle 2) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Portadas de revistas (la tapa vende)

Ilustración (detalle) para la portada de la revista "Toca Madera". / Lápiz sanguina, lapiz sepia dunkel 263, pastel Rembrandt ocre amarillo (227,9), pastel blanco super suave (101,5). Recortado y armado en Photoshop.

Tarot (El diablo)

El diablo / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

Tarot (La rueda de la fortuna)

La rueda de la fortuna. / Ilustración (detalle) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.

Tarot (El loco) II

El loco. / Ilustración (detalle 2) para las cartas pertenecientes a los arcanos mayores del Tarot. / Lápiz sanguina, lápiz sepia dunkel 263, pasteles, lápices de colores, grafito y tempera sobre papel madera.