martes, 11 de enero de 2011

Uso y abuso de la tinta china

De arriba a abajo, El club de los cortadores de flores I y II (Tinta china Winsor and Newton, pasteles en barra y lápices pastel sobre papel blanco), Puñalada trapera I y II, (marcador Pentel Color Brush black, pasteles en barra y lápices pastel sobre papel blanco) / Click sobre las imágenes para ampliar.
La elegancia del pincel suele limitar las posibilidades de la tinta china como la mar serena apacigua la navegación extrema de los espigados veleros. Su flexible peinado, sea de pelo de marta, sintético, de cualquier pelo o de medio pelo, invita a soparlo una y otra vez tomando la precaución de no despeinarle su lacia cabellera enhiesta contra la boca del tintero, intentando afilar su carga acariciándolo suavemente en el borde, a realizar una especie de paso de ballet hasta llegar al soporte hacia el cual lo dirigimos tomándolo del cabo con tanto respeto como a un vestido de seda, a hacerlo deslizar sobre el papel como si fuera el filo de un patín de hielo, como si fuera un mejor alumno recitando la lección, sin una palabra de mas ni un silencio de menos. Pero el mundo se abre al medio y nos deja ver un infierno de posibilidades cuando lo zarandeamos un poco, lo zambullimos con descuido en la tinta china como si fuera en un derrame de petróleo enfrascado, no pensamos ni un segundo en sobarlo en lo bordes de la boca del tintero, vamos perdiendo desinteresadamente su carga a salpicones en el recorrido aéreo que va desde el tintero hasta el soporte, dibujando una vía láctea de gotas estrelladas en el cielo de papel, lo despeinamos llevándolo a la rastra con nuestro pulso guiado exclusivamente por nuestro ritmo cardíaco, le transmitimos nuestro sentimiento con el sistema nervioso en carne viva jalándole la cabellera e incluso llegando a arrancarle algunos pelos como el domador al potro, lo aferramos con el puño, no con el pulgar, el índice y el mayor, o con el pulgar, el índice y el mayor pero ejerciendo la presión suficiente como para que la sujeción se convierta en algo parecido a tomar del cuello de la camisa a alguien hasta hacerle cantar la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad, o cuanto menos en un pellizco para ver si está vivo. Prefiero que mis pinceles sean hijos del rigor antes que sean padres del rigor mortis.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Uso y abuso de la tinta china, ya quisiera yo abusar como abusa usté, pero de los lápices para alcanzar a colorear semejantes extensiones de pampas, digo pompas!!!

el Tomi dijo...

Es así nomás, Fraguita, parafraseando a Machado...
Yo amo los mundos sutiles
ingrávidos y gentiles
como pompis con jabón.

viruta dijo...

mi hija le dice pompis a otra cosa.

la última vez que vi un frasquito de tinta china
era cuadradito chiquitito y de vidrio,
y si no me equivoco
de etiquetita amarillex.

m... mejor busco con google para no hablar al pepe.

Tatúm dijo...

Usted sabe querido Tomi que yo soy muy despelotado con los pinceles y siempre acabo olvidándolos dentro del agua, con lo cual se les dobla la punta y la hemos cagado
Con los pinceles de acrílico, me pasa que se me secan sin haberlos labado y adquieren ese rigor mortis al que se refería
A veces me pasa con mas de uno, de diferentes tipos,que se secan juntos dentro de un recipiente, y quedan anclados como esculturas en el masacote de látex, pigmentos, y restos varios, depositado en el fondo
He retirado el recipiente en algunos casos, y queda una obrita escultórica de pequeño formato, que queda muy bien encima del mueble de la sala
Decora y me hace acordar en todo momento de lo gilipollas que soy

Enormes estos dibujos
los meto en facebook

Maloperobueno dijo...

Definicion de clasico:todo aquello que perdura con el tiempo.

Creo que la china tiene eso, es un clasico con posibilidades infinitas, inexploradas.
Solo faltan aquellos valientes que llenos de coraje e hidalguia trazen lineas, llenen de colores y nos ofrezcan a los simples mortales, su arte.

Truco!

Miolnir dijo...

Me gusta la china dibujada con tinta, bailando al ritmo de su pincel. Si a va a recomendar pintar con tinta china, ¡no se olvide de avisar que el tintero involcable es una leyenda urbana!!!
¡Si habré cagado dibujos confiando en la involcabilidad del tintero!

Lucas L. Aime (Taqui) dijo...

nunca un abuso tan bello como este :)

el Tomi dijo...

O key... buscá, buscá.

el Tomi dijo...

No se preocupe, los genios se olvidan los paraguas en los autobuses, Tatita, y si usted es gilipollas yo soy gilipollas y gilihuevos. Y enorme es usted, amigo mío.

el Tomi dijo...

Cuando usted decía que la tinta china es un clásico con posibilidades infinitas e inexploradas creí que se refería a la mujer del gaucho, Martín, le iba a decir que se deje de decir pavadas pero después me di cuenta.

el Tomi dijo...

Si uno reemplaza la tinta china por el tinto abocado se cuida mucho mas de no volcar el tintero, Miolnir, pruebeló... bah... no lo pruebe, tomeseló todo.

el Tomi dijo...

Bueno, no le voy a negar terminantemente que nunca hubo un abuso tan bello como el de la tinta china, Luquita, pero un abuso de confianza con la Shiffer, por ejemplo, también sería bastante bello.

champloo dijo...

Y estoy seguro de que el extenso texto se queda corto para describir el sentimiento del entintado. Yo estoy muy casado con la estilográfica pero me compré unos pinceles que me están tentando sino al divorcio, al affair.
maestro, tus dibujos siempre son lecciones para este estudiante!

el Tomi dijo...

La forma mas adecuada de utilizar la estilográfica de forma correcta es apoyándola lo mas perpendicular posible a la horizontal del papel, ahora bien, tal como sucede con los pinceles, cualquier cosa que sea sacarla de esa verticalidad, ya sea ladearla, sacudirla, hacerla derrapar y etcétera, etcétera, etcétera, significará una enorme liberación para los movimientos de una herramienta tan decididamente arquitectónica. La variante de mojarle la punta con baba para que fluya con mas copiosidad, escupirla mientras se desliza, apoyar el dedo desparramando la línea fresca, volverlo a apoyar repitiendo la huella dactilar, pasarle el dedo para correr la tinta a modo de borrón, agregarle un poco de agua al cartucho para hacer líneas aguadas y otro interminable listado de etcéteras, contribuyen a que esa liberación se convierta en una verdadera fuga hacia el libertinaje de donde le resultará prácticamente imposible regresar, Nico. Le dejo un par de pistas mas, así como le digo que Fontanarrosa fue la estilográfica de dios, le digo que Crist es la estilográfica del diablo.

El Fan Nº1 dijo...

Su elegancia es ilimitada y su pincel un privilegiado de tenerle a usted como apendice.

el Tomi dijo...

Eso es porque mi elegancia considera el desaliño como parte de la elegancia, Número Uno. ¿Usted no se deja el cuello de la camisa perfectamente levantado como al descuido o los pantalones prolijamente arrugados como si no los planchara?.

El Fan Nº1 dijo...

Es que yo nunca los plancho, ahora de ahí a vestirse como un atontado como los jóvenes de ahora va un trecho.

el Tomi dijo...

Ojo que vestirse como un atontado no es ser tonto, Número Uno. Una pregunta al margen, ¿como se hace para vestirse de atontado?.

El Fan Nº1 dijo...

Pues como van ahora los mas jóvenes, moda por lo visto copiad de las penitenciarias americanas.
Se trata de ir con la culera del pantalón a la altura de las rodillas mostrando el calzoncillo.No le parece de atontaos. Ni los viejos desgarbados van así ,como que se les caen los pantalones. Donde esta el atractivo de ir de ese modo.

el Tomi dijo...

Yo he visto que, además de los pantalones, ahora hasta se están dejando caer los calzoncillos, con lo que se está imponiendo la moda de mostrar la raya del culo, Número Uno. O los jóvenes se equivocan o este no es país para viejos, como dijera Bardem.