sábado, 25 de abril de 2009

Tangolosina Copyright

"El Pingüino" y "El sifón", ilustraciones pertenecientes a la serie "Tangolosina Copyright". / Lápiz Staedtler Noris 2 HB, portaminas cargado con minas Staedtler 0,5 HB y goma de borrar sobre papel blanco agrisado.Se chupó, que te diré, veintiún pingüinos
de vino blanco, hielo, azúcar y limón,
tomo envión y se fue a hablar con los vecinos
sobre el destino de las manos de Perón.

Hacía un sol que calentaba submarinos,
yo creo que eso complicó la situación
pero el sifón que le partió el mate al nonino
dejó, lo mínimo, diez muertos por facón.

10 comentarios:

anais dijo...

prefiero el pinguino -q espero no sea pariente- a los sifones.

de peqñita, en la casa de mi abuela, hubo alguna vez un pingüino de esos, q llenaban con blanco en cada comida familiar, hasta q las tres peqñas bestias (los q despues serían dienti, garza y la autora de estas líneas) se encargaron de pelearse por ver qien lo llevaba a la cocina y terminó estrolado contra el piso. valga la aclaración: la autora de estas líneas era un par de años más grande q los otros dos muchachos, hermanos ellos y primos de ella, pero se daban como si fueran todos de la misma edad y del mismo género...

besos desde la otoñal tarde porteña, instantes antes de salir hacia la CELEBRACIÓN q será el show de DIE TOTEN HOSEN.
a!

ariel tenorio dijo...

no entiendo como todavia no habia entrado a tu blog, tu trabajo es exelente y tan variado, la verdad sos un groso!, tus dibujos siempre me gustaron mucho cuando los veia en alguna fierro que encontraba en la casa de mis tios.
estoy contento entre a ver que onda tu blog, por el comentario que dejaste en lo de grillo sobre el señor que canta chamame, y me sorprendi.
gracias aprendi mucho viendo tu trabajo saludos.

Oscar Grillo dijo...

La soda es pa'l eruto, decia un curda de mi barrio

el Tomi dijo...

Los pingüinos llegaron a ser una legión, Anais. En pleno auge no había mesa que no ostentara al menos uno y, dentro del género de las jarritas, no hay otro palmípedo que les iguale la fama. Después, el capitalismo salvaje los fue diezmando y quedaron muy pocos ejemplares. Hoy por hoy, están en franco peligro de extinción y la memoria ecologista, siempre atenta a la inmortalidad de los buenos recuerdos, está estudiando declararlos especie protegida.

el Tomi dijo...

Un placer conocerte Ariel, sobre todo si nuestro encuentro se produce en los gloriosos salones del gran Oscar Grillo y si quien nos presenta es el inigualable Octavio Osuna.

el Tomi dijo...

Yo estaba convencido de que el sifón era un peligro para los dedos, Oscarcito. Al sodero que pasaba por mi barrio le faltaban tres dedos de la mano derecha, a su nuevo ayudante cinco, y al que se retiró por invalides ya no le quedaba ninguno. La ausencia de dedos significaba un handicap notable entre soderos, habida cuenta de aquella vieja costumbre cuasi deportiva que practicaban, consistente en llevar la mayor cantidad de sifones enganchados por el pico entre los dedos. Dicha competición no perdía interés a pesar de los accidentes laborales y, lejos de amilanar a los competidores, la pérdida de falanges, falanginas y falangetas era mas motivo de orgullo que otra cosa. Los sifones, por distintos motivos que iban desde la elevada temperatura ambiente hasta la excesiva presión de gas, estallaban sin dar mayores explicaciones y los trozos de vidrio grueso giraban en el aire a velocidades impensadas, no solo eso, sino que lo mas probable era que los demás estallaran por simpatía con lo cual el sodero quedaba expuesto a horribles mutilaciones. Esta fue una de las razones por las que se terminó revistiendo al sifón con esa característica coraza metálica, lo que, en un principio dio la impresión de que los hacía mas seguros pero que, a la postre, quedó demostrado que estallaban igual y que, para peor, al riesgo del vidrio había que sumarle el de las filosas navajas de la coraza hecha jirones. El ayudante nuevo del sodero de mi barrio, cuando sufrió las primeras amputaciones, no dejó de trabajar y se presentó con un monstruoso vendaje ante los vecinos que lo miraban espantados mientras el sodero viejo, por toda explicación decía -...y eso que se le dijo...-, lo que en la zona se había convertido en una frase célebre de tan reiterada.

viruta dijo...

pues a mí, además de tus alucinantes dibujos, lo que me obliga a saltar tapias, potreros, prados y hasta océanos (no subestimemos al mágico click) es la respuesta con formato de cuentín que le das a cada uno de tus visitantes.

cosa más preciosa dadivosa amorosa...

el Tomi dijo...

¿Che, Viru, vos querés decir que hago algo así como un postrer homenaje a Corín Tellado?...

viruta dijo...

la verda la verdá? podría escribir una de corin tellado y tenernos a ambas dos: a pampita y a mí, de protagonistas. lo nuestro fue amor a primera vista. debo agradecerle haberme hecho comprender que eso no era palabrerío ni puro cuento. fue vernos a los ojos y al toque, empezar a amar amar amar, in crescendo.

el Tomi dijo...

Agarrándolo del hocico y restregando nuestra nariz contra la del perro (tipo beso esquimal pero con un poco mas de fuerza) conseguiremos que el animal recuerde para siempre nuestro olor, nos reconozca inmediatamente como su amigo y, en caso de extraviarse, nos encuentre en cualquier parte. Esto me lo enseñó mi viejo, el mas grande traedor de animales abandonados del que tenga memoria, Viruta. Todavía me parece verlo haciendo este gesto, incluso con mi vieja, que jamás tuvo ni la mas remota intención de moverse de esa cucha.