“Tambero en bici I” y “Tambero en bici II”, de la serie “Siluetango Copyright”. / Rotulador Edding 1200 negro y Rotulador Edding 3000 negro, sobre papel blanco. Hasta un rincón del impertérrito suburbio
austero y turbio pedaleó Terencio Alsina
con cuatro minas que no hacían mas disturbio
que, en el manubrio, irle tocando la bocina.
austero y turbio pedaleó Terencio Alsina
con cuatro minas que no hacían mas disturbio
que, en el manubrio, irle tocando la bocina.
22 comentarios:
qué bueno es pasar siempre por acá....
Me encantó esta serie!
En la place du Tertre (Paris) vi hace unos años ; dos creo. Mucha gente que se dedicaba al arte de recortar tu silueta en cartulina negra.Curioso arte...Si
Uno de los primeros tangos (en realidad parece un cuplé) de Angel Villoldo se llamaba "La Bicicleta". Naturalmente la letra hace una alegoria de otra cosa que no es precisamente ese noble vehiculo pedalero.
epa!!
mirá q hábil, el terencio...
qué minas tan lindas!
quien fuera el Patizambo Terencio!
: )
Tu mensaje, Luquita, me hizo reflexionar otra vez en que el Internet, demostrando claramente que la nuestra es una lengua viva, ha ido produciendo una incontable serie de modificaciones idiomáticas. Por ejemplo, con toda tranquilidad y sin ofender a nadie vos podrías haberme dicho “siempre es bueno pasar... de largo por acá”, ya que la velocidad que hemos adquirido para viajar al país donde alguien vive, entrar en su casa, revisar lo que ha hecho durante el día, dejarle un mensaje y volver a nuestro lugar de origen hubiera sido francamente impensable hace unos años. Sin darnos cuenta casi hemos adquirido el poderoso don de la ubicuidad, es decir, tenemos casi la misma habilidad innata de Papá Noel, y así como él, casi podemos leer todos los mensajes que nos mandan, casi dar la vuelta al mundo por el aire, casi dejar regalos en todas las chimeneas, menos en la de los pobres. El punto es ver si deja de ser casi y pasa a ser verdad.
Durante mas o menos un año estuve ilustrando la contratapa de un diario con siluetas de este tipo. Dibujaba a lápiz, contorneaba el dibujo con una Rotring 02 o 03, borraba el lápiz y rellenaba todo con un pincel y tinta china. Adquirí una apreciable habilidad para hacerlas rápido y esto fue produciendo una adaptación del ojo al contraste máximo. La sorpresa fue cuando, en medio de esta adaptación óptica, comenzaron a aparecer destellos cromáticos donde solo parecía reinar el blanco y el negro, al principio fue un amarillo fluorescente, después un rojo o un azul. Me pareció tan mágico y divertido que pasé a hacer una serie de historietas con este estilo. Se llamó Sexiluetas. Juro que no fumaba ni jalaba nada, Namberguán, todo era mas barato y mas sano.
Encontré la letra que me decías, Oscarcito, es de 1910, empieza hablando de las bicicletas “Yo tengo una bicicleta que costó 2.000 pesetas y que corre más que un tren” y termina hablando de los sombreros de las señoras, de la electricidad y de una serie de maquinarias fantásticas entre las cuales caben destacar el “pampirulíntintófono”, el “pajalacaflunchincófono“, el “chincatapunchincógrafo” y hasta incluye la “asaúra hecha con arroz”. Es notable la influencia de la terminología española en el precio de la bicicleta en pesetas y en la asaúra hecha con arroz. Nada tiene desperdicio, sobre todo la incógnita que me produjo la cantidad de apodos del quía, fijate, nombre completo, Ángel Gregorio Villoldo Arroyo, seudónimos: Gregorio, Fray Pimiento, Gregorio Giménez, Angel Arroyo, Mario Reguero y, así y todo, la letra y la música de“La bicicleta” están atribuida a un tal Antonio Rodríguez Martínez. O al tipo le gustaba la fama y quería multiplicarse o lo perseguió la cana toda la vida y quiso pasarla de incógnito.
El pedaleo en nuestro país no es para tomárselo en joda, Anais, mas allá de su consabido significado económico tiene un trasfondo íntimamente relacionado con la viveza criolla. Y la viveza criolla nació en el campo, claro está. Mi abuelo, sin ir mas lejos allá en el pueblo, iba con un tarro de aluminio colgado del manubrio de la bici a buscar la leche al tambo. Sabe dios lo que tardaba.
Para eso hay que ser negro, fiero y patizambo, Fraguita, o atenerse a la argentinísima y consabida ley del embudo, que dictamina que la mas linda siempre está con el mas boludo.
o tan boludo no era o es cierta la ley que dicta que toditas las lindas son huecas y monguis, las feas.
en tal caso me dá de pensar cuán importante es quererse y lo que deja entrever dicha actitud.
espejito espejito... ¿espejismos?
tomemos como ejemplo el tema de las siluetas. acaso muestran detalles de su belleza? o basta con ver el vuelo de esas polleras? :oP
No es que el punto sea boludo, es que está con la mas linda, por ende, para el resto de envidiosos pretendientes será, cuanto menos, un boludo.
No hay nada que pensar, Viruta, nosotros a esta edad ya lo pensamos todo, mucho y a su debido tiempo. Al menos yo, ya ni le pregunto nada al espejo, a no ser que sea el espejito retrovisor de nuestras historias.
Te juego a la viceversa, Viruta, tomemos como silueta el tema de los ejemplos, ¿acaso muestran belleza en sus detalles?, ¿o basta con que esas polleras levanten vuelo para ver lo que hay debajo?.
♣
ah sisi, lo que hacen estos ratones criminales con nuestras neuronas no tiene nombre. aunque a veces baste con nombrar.
te rompe más la croqueta una puerta entreabierta que un circo sin lienzo alguno.
la verdad que es al cuete tanto pensar. cada reflexión tiene su propia paradoja.
mejor la magia del juego.
♣
¡Excelente payada!, Viruta, me rindo.
Volviendo a Villoldo, y la hago corta...Con un autor se proferian y contestaban insultos usando los titulos de sus tangos. El otro autor, (Mendizabal?) acuso picarescamente a Villodo de haberle copiado su ultimo tango y escribio uno titulado "Sacalo del Molde". Villodo le contesto con "El Choclo"
Digamos que el Villoldo este iba al grano. Porque ponerle música a una letra de Enrique Santos era ir al grano, Oscarcito, digo yo, había que estar ahí ¿no?. Y el Mendizábal ese se habrá tenido que comer el choclo y meterse el marlo en el tujes, jeje, un campeón Villoldo.
La letra de Discepolo es tardia. El Choclo tuvo dos letras anteriores y las dos eran de Villodo.
Se igual, no será la primera vez que el tiempo haga birlibirloques en favor de las metáforas. Yo, por ejemplo, no bauticé al patizambo Terencio Alsina por "El choclo", sin embargo en "El choclo" aparece su hermano, un tal Puente Alsina.
Estimados amigos:
Soy un español de Cádiz (Andalucía) y quisiera poner en vuestro conocimiento y en el de todos los estudiosos, que la célebre composición de tango "la bicicleta", que ustedes (los argentinos) suponen de Ángel Gregorio Villoldo, fue realmente compuesta antes, en letra y música, por un español del cual soy su biógrafo y del que he escrito una biografía de más de seiscientas páginas.
Tengo todas las pruebas, documentales y sonoras que acreditan, sin lugar a dudas, que dicho tango se compuso en Cádiz en febrero de 1897.
Si estáis interesado, vosotros y el resto de la comunidad científica de estudios musicales argentinos en discutir el asunto, gustosamente lo haré, bien en este foro o a través de mi correo electrónico:
perinefilo@hotmail.com
Les escribo desde Cádiz, ciudad que fue puerto y puerta de entrada del proceso de ida y vuelta musical que se produjo en nuestro país y, más concretamente, en Andalucía. El Carnaval de Cádiz goza de renombre y entronca su raíz varios siglos atrás, siendo la segunda mitad del siglo XIX cuando empiezan a cristalizar muchos de sus fundamentos ritmicos sonoros.
Un hombre y nombre decisivo en este proceso, dentro de la música que se estaba cultivando en las carnestolendas gaditanas, fue Antonio Rodríguez Martínez que, andando el tiempo, se le conoció por el sobrenombre de "El Tío de la Tiza".
El tango es frecuente en nuestra ciudad como así lo testimonia la abundante hemerografía, pero será a partir de 1880 cuando estos tangos específicamente gaditanos y andaluces, compuestos por autores de aquí empiezan a cruzar el charco con cierto éxito.
No es el tango el único género musical que usaban las agrupaciones de Carnaval decimonónico, era un género más junto a guarachas, valses, polkas..., pero sí es cierto que el tango de Carnaval gaditano adquirió pronto carta de naturaleza.
Las comparsas salían disfrazadas por las calles cantando estas composiciones, agrupadas bajo un disfraz común que guardaba relación con el título. "Las Viejas Ricas" llegaron hasta Argentina y estuvieron varios años cantando por tierras bonaerenses.
El caso es que en 1897, Antonio Rodríguez "El Tío de la Tiza" saca por las calles gaditanas la comparsa "Los Abanicos" cuya indumentaria respondía a un gran abanico costumbrista colocado en la espalda de sus integrantes que, a través de un mecanismo, abrían mientras interpretaban sus tangos. Bajo ese mismo patrón musical, es decir, para esa misma melodía se escribían ocho o diez letras distintas y conformaban un repertorio de tangos. El más famoso de todos los que se cantaron en 1897 fue éste que sigue:
Yo tengo una bicicleta
que costó dos mil pesetas
y que corre más que el tren.
Por las tardes, yo me monto
y voy a la calle Ancha
luciendo este cuerpecito
encanto de las muchachas
voy al muelle,
La Alameda
y al Parque de Genovés
y pego cada crismazo
que tengo el cuerpo como yo sé.
Las bicicletas, son muy bonitas
y las montan al pelo
las señoritas,
por cierto que hay
mil discusiones
si ha de llevar enaguas
o pantalones.
Mi pobre voto quiero yo dar en la discusión
aunque de eso no entienda yo pero ni un botón,
en mi opinión que vayan luciendo las pantorrillas
si en bicicletas quiere montarlo cualquier chiquilla,
mas le aconsejo que se las tape con un tabique
las que, desgraciadamente,
tengan las piernas como alfeñiques.
Como podrá usted comprobar, el comienzo es idéntico al que luego utiliza Villoldo, sólo que la letra la adopta y adapta a Argentina; por eso cambia la letra y rima rayo con la Avenida de Mayo, e introduce el nombre de Palermo. Curiosamente, Villoldo desecha los fragmentos musicales finales (desde Mi pobre voto, hasta alfeñiques, nombre por cierto de una golosina de la época). En el Archivo Histórico Municipal de Cádiz se encuentra depositada la instancia oficial que se le cursa al ayuntamiento para solicitar permiso para cantar por las calles estos tangos de "Los Abanicos". También se conservan en colecciones particulares los pliegos de cordel en los que se editaron todas las letras en la imprenta de la Viuda de Chozas, en 1897. Otro de los tangos que se cantaron fue el que empieza diciendo En la época presente / no hay nada tan floreciente / como la electricidad / el teléfono / el micrófono... ¿le suena? pues también fue una composición de Rodríguez.
Estos tangos del maestro Rodríguez fueron grabados en cilindros de cera y, con posterioridad, en placas de pizarra. Lo triste es que murió sin percibir una sola peseta y fueron muchos artistas los que se aprovecharon de sus obras, entre otros Ángel Gregorio Villoldo. Y es hora de contarlo.
Atentamente.
Mirá Perinéfilo, lo tuve que consultar con el profesor emérito Oscar Grillo pero aquí te conseguí una respuesta con la que coincido plena y absolutamente. Copio y pego.
“Hoy precisamente estuve transfiriendo ese disco de vinilo a CD. Te adjunto la nota que venia en el sobre del disco, que fue grabado por Villoldo y Manuel Oscar Campoamor en Odeon de 1909...
Puede que el gaditano tenga razon, y si la tiene mejor para él. A mi me gusta la versión de Villoldo y listo. Que tanta pajolería...Si ya nos hemos tenido que aguantar el horroroso tango "La Cieguita", compuesto por dos catalanes, Lais y Ramucho, que él se aguante este... Y sino que se escuche el bonito tango de Eugenio M. Alarcon "Mordeme La Oreja Izquierda"... Hay otro que se llamaba "Mordele la cola al chancho"
Tambien existía "La C..... de la L..." (La Concha de la Lora) pero para refinarlo lo cambiaron por "La Cara De la Luna". Patricia esta diciendo "No es plagio, es adaptación".
Buenas Noches
El Niño de Uretra
Esta es la nota adjunta al sobre del disco: Las primitivas formas cantables sufrieron fuerte influencia del tango español de zarzuela, esto es claramente detectable en la versión de “La bicicleta” por su autor, Ángel Villoldo, con un acompañamiento en piano de Manuel O. Campoamor en función netamente melódica y... castañuelas. El ciclismo y la pelota vasca fueron los deportes favoritos entre 1895 y 1910 cuando extensas caravanas de bicicletas se encaminaban a exhibirse en los bosques de Palermo después de dar una vuelta por el centro. No ha sido posible hallar la partitura editada de este tango de Villoldo. Se transcribe a continuación el texto tomado de la versión grabada. (y se lee la letra de dicho tango).
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