Vas a tener ropita de todos los colores, le explicaba Patricia a su hijito en la panza, vas a tener mas ropa que la que nunca tuve, limpia suave preciosa, lavada y planchadita.
José la miró inquieto como todos los padres o todos los horneros que intentan terminar su nidito de barro antes de que los tiempos presenten su inclemencia.
José mira la panza, inquieto, mas que antes, quiere decirle algo, quiere decirle mucho, quiere decirle todo lo mas lindo del mundo. Vas a tener botines, dice con vos de padre y con edad de hijo, vas a tener botines de cuero con tapones y una pelota nueva número cinco blanca con estrellas celestes dice todo seguido.
Ella se ríe un poco y saca mas la panza como acercando el hijo al país que le espera, como acercando el hijo a lo que están planeando. Vas a tener de todo, escarpines, baberos, pañales descartables, un sombrerito blanco con un pompón celeste, una cuna pintada como si fuera nueva, un álbum de recuerdos y una cajita verde color de la esperanza para guardar adentro el cordón umbilical.
Y un banderín de Boca si querés ser de Boca, le dice José inquieto, no vaya a ser que un tío de River se anticipe. Un banderín de Boca vas a tener primero, corrige y se enternece, después vos te hacés hincha del cuadro que mas quieras, yo no tengo problemas, voy y te compro todo, el equipo completo de Belgrano o Talleres.
Patricia le pregunta, ¿escuchaste pendejo?, mirandosé la panza. Menos mal que te hicimos esas ecografías, menos mal que ese día nos alcanzó la plata, ¿mira si hoy no supiéramos que sos nene, mi hermoso, que la ropa es celeste, que el nombre es de varón?.
Podés ser escritor ingeniero abogado, campeón del mundo, artista, mago, dice José. Podés ser lo que quieras porque yo no soy nada, pero ahora soy todo porque te tengo a vos. Yo te digo escritor porque fabrican cuentos, uno por cada día y escriben un montón y yo no escribo nada, ni mi mamá me mima, ni mi papá tampoco ni nunca fui a la escuela como podés ir vos, vos vas a ir a la escuela, podés ser todo junto, porque tenés mas tiempo y si acaso te falta te lo regalo yo.
O doctor, ¿qué sabés?, doctor Pablito López si se llama Pablito, todo en blanco Pablito, con los zapatos blancos, el saco, la camisa, la bata de doctor y el nombre en el bolsillo, bordado con esmero, Doctor Pablito López.
Mejor que juegue al Fútbol, opina José, inquieto.
Mejor que sea bueno, no digo para el fútbol, digo que sea bueno, que nos quiera y que entienda que lo queremos mucho, que lo queremos tanto como nosotros dos que nos quisimos siempre, dice Patricia dulce sin pensar que ese siempre son sus poquitos años y levanta la vista buscando la mirada cómplice de José, que espera esa mirada como un oso orgulloso con un panal de miel.
Y José, despacito, le dio un beso a Patricia, y mirando la panza de nuevo le habló a su hijo, te voy a querer mucho como a mi me quisieron, le dijo y mintió un poco dijo de mentiritas de mentira piadosa.
Patricia que lo entiende, que le acaricia el pelo renegrido a José, y José que le abraza el ancho de la panza como si fuera el Atlas, el que sostiene el mundo, el que sostiene el siglo y el padre que va a ser.
Vas a tener ropita de todos los colores le repite Patricia a su hijito en la panza, limpia suave preciosa, lavada y planchadita. Te voy a dar mi amor.
Y José que no tiene mas cosas para dar a través del ombligo le dice tenés todo y que nunca te falte mas nada en esta vida porque te doy la mía, te lo juro por dios.
20 comentarios:
La belleza alcanza cotas insospechadas en la mujer gestante. Algo de lo bueno que tienen las mujeres.
Camaleonico Tomi me recordaste a Manara; repito, eres un genio.
a mí no me salen los cuentos chuavechitos con olor a vivere como a vos...
La mujer es dios, Número Uno, y no nos damos cuenta.
En principio no es cuento, lo he conseguido usando los recuerdos mayores, así que no es un cuento, es mas bien pura historia, se necesitan algunos elementos nostálgicos, demodés se diría, caducados sin vueltas. Para la oportunidad resulta del todo indispensable una tablita de lavar la ropa, mejor medio gastada, una pileta en un patio, a ser posible abajo de una parra de uva chinche, un jabón Gran Federal Marfil de los brutos con forma de ladrillo, un buen fuentón de lata que esté un poco oxidado, “paliyos” de madera, tendedero de alambre, un sol con muchos rayos, caca de pajaritos en un pañal de tela y algunas otras cosas, no tantas, no te creas. No es menester, Viruta, por ejemplo, el lavarropas con dispenser y mil programas de secado ni el suavizante perfumado, ni el jabón en polvo baja espuma ni los verdes enzolves, esas son obviedades, lujitos del presente. Pero una cosa mas sí que hace falta, haber estado ahí, al lado de una mamá lavando a mano.
las historias no son como una suma de cuentos de algun modo conectados con giros previsibles o inesperados?
como los capítulos de la vida, que es puro cuento, puros ital parks, puras plazas con hamacas oxidadas y globos de gas que al otro día yacen arrugaditos al lado de tu cama, pero no desesperás porque te metés la goma en la boca y hacés globos chiquitos y se los explotás a la abuela que se lleva flor de julepe y salís corriendo antes que te de en las gambas con el trapo rejilla mojado.
ah si, y la palangana y el jabón blanco en pan y el cubito azul blanqueador y tender en punta terra bajo un sol sin agujero de ozono...
56 noviembres. si tendré cuentos escondidos en los rincones más insospechados de mi anatomía.
No sabés cuanto me gusta notar el desapego en la redacción, eso de poner lo espontáneamente sabio en un texto que no será publicado o que al menos es inédito, descubrir escritores sin recomendaciones, así, dejándome llevar únicamente por la capacidad de la intriga, sintiéndome atraído por una palabra clave, una palabra que alguien tiene la osadía de poner ahí, donde nadie la había ubicado antes, o quizás si, pero con otro pulso o en otra instancia. Pasar la vista por primera vez sobre una frase completa acariciando con la mirada una palabra que te lleva a otra tanto o más acertada que la previa, sin interrupciones, me resulta ya la gloria misma. Desestimo a los críticos con toda mi alma. No me importa un carajo lo que digan o dejen de decir, soy un irrespetuoso de la Real Academia, de las gramáticas, de las sintaxis y me puedo emocionar hasta las lágrimas con un error de ortografía tanto mas que con un verso de medida perfecta.
(sostengo yo, pero está extraído de la primerísima entrada del blog El desmitificador argentino).
Dicho esto Viruta dejo dicho: si la primera es una pregunta no la sé, que querés que te diga. Yo hubiera jurado que si la historia es una sumatoria de cuentos de algún modo conectados con giros, esos giros no serían previsibles e imprevisibles, sino posibles e imposibles. Ahora bien, Lito Nebbia dijo que si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia, a mi me parece que tenía razón y que aún la tiene, pero a lo que voy es a que dejaría espacio para pensar que una de las dos historias, al menos mientras alguien se la crea, es puro cuento, tal como vos decís.
Por último dejaría una reflexión medianamente infundada pero respetablemente alegre. Donde leas "había una vez", empieza un cuento.
esta muy bien
Aún más que erótico o tierno, me parece una imagen muy muy linda.
En los detalles y en lo austero se aprecia gustosamente la destreza que desarrollaste.
Muy grosso, ché.
no vivo añorando el pasado, y como no hice terapia nunca, (supuestamente ellos estudian para descular los intríngulis de nosotros los cada vez más enrollados) sólo atino a suponer o sospechar que debe ser porque no tuve una infancia inolvidable. diversas circunstancias, entre ellas las malas noches que pasé a partir de mis 6 añitos, culpa de un asma brutal que se desencadenó al día siguiente de la partida de mi viejo hacia las américas del norte; enfermedad que limitó severamente mis juegos. hoy día las medicinas son otras, otras las terapias. yo fui declarada una imposibilitada, físicamente. cosa que no impidió que desarrollara otras partes de mi organología por propia decisión...
coincido con vos en muchos aspectos. me importan un bledo los rangos, los sabiondos, los críticos, lo opinólogos de turno. hoy, los códigos están trastocados o lo que es peor, ya es tal su turbiedad que ni siquiera brillan por su susencia.
la esperanza es como la luz de la ventanita de abajo a la derecha de la foto que saqué con mi celu la otra madrugada; la más cercana.
pero...
Muy bellos ambos, el dibujo y el texto.
He escuchado a mas de un padre decir que la última satisfacción que les dió su hijo fue nueve meses antes de nacer, Oenlao, pero está bien, tener hijos está muy bien.
Normalmente no le busco explicaciones a lo que hago ni le doy importancia (sin ánimo de menosprecio) a los que me las dan, Choropeitor, pero si rebobino debo aceptar que intenté ser austero tanto en el lenguaje utilizado en el texto como en el trazo y la resolución del dibujo. No dejo de sorprenderme gratamente cuando siento que alguien descubre mis intenciones (las sanas digo, cuando me descubren en las otras me da un poco de culpa).
No invoquemos la añoranza porque añorar es recordar con pena y aquí de lo que estamos hablando es de recordar a favor. Yo en todo caso rescataría la palabra saudade que es, entre otras cosas, algo así como la sensación que permanece cuando aquello que una vez se tuvo, material o inmaterial, que en su momento permitía disfrutar alegría y euforia, se ha perdido y se le extraña, y el hecho de recordarlo, tenerlo de nuevo, o pensarlo, produce una sensación de volver a la vida (definición alegremente brasilera si las hay).
Uno de los aspectos que mas le admiro al Ché es el asma. Se supone que alguien que tenga los bronquios condicionados por ella desde la infancia sería el menos indicado para darle tanto aire a la libertad del mundo. Indudablemente la esperanza es una ventanita con la luz prendida en el medio de un monoblock azul oscuro (o en su defecto el cíclope que le saco una foto esa madrugada). Desde ahora, Viruta, hago extensiva mi admiración a tu asma.
Voy a hacer un poco como el Cholo Quinteros con el Topo Aguirre (¿o vos te crees que no leo de vez en cuando, Nicolás?). Pasen y lean señoras y señores:
http://nicoaimetti.blogspot.com/
Cuanta belleza, en el cuento, en el dibujo. Ese es un señor cuento alimento, y la frutillita del postre, una vez más, se me hace que está en el intercambio verbal de la Viruta y el Tomi: Para alquilar balcones.
Besos
Hoy el día me encontró con dos sonrisas en el rostro, una por poder terminar el día entre amigos, y otra por saber que una de las personas que más admiro leyó uno de mis cuentos.Después de tanta alegría la verdad que no me importa comerme un par de bifes. Gracias por el comentario Tomi!!!
Es que la Viruta me sorprendió con lo del asma y yo tengo una gran admiración por los asmáticos, sinceramente, Maricel. Mi especial respeto por el che se debió en gran medida a la relación que encontré entre su asma, la de mi vieja y la de su papá, a la sazón mi abuelo, que también sufría ese mal. Ellos tres son los responsables de marcar las primerísimas pautas inolvidables de mi trabajo. Mi abuelo, un laburante tan humilde como incansable, fue el primero que me enseñó, entre otras cosas, a sacarle punta a un lápiz. Mi vieja, la mas grande dadora de amor que conozco fue la primera que acompañó mi mano derecha con su mano para hacer un dibujo en un papel y el che, que para que te voy a contar. Todos ellos sin poder separarse de la fragilidad del antiguo inhalador de cristal amarillento y fuelle de goma roja, un aparatito al que, cariñosamente, mi vieja llama chufli chufli.
Siempre que los bifes sean a la plancha, vuelta y vuelta, bien jugosos y argentinos, te podés comer incluso mas de un par. Dale Nicolás, hoy pegale el saque a uno por mi, con fritas y ensalada mixta por favor, que aquí de eso no hay.
¡Hola, Tomi! Has compartido un relato que toca algo adentro nuestro, muy bello, muy desgarrador, lleno de significados, cargado de sensaciones.
Por cierto que leer los comentarios vertidos a raíz del "cuento", es algo que no tiene desperdicio... y otorga un plus muy muy íntimo, que hace que casi parezca que uno se está inmiscuyendo en una conversación...
¡Mis cariños!
El cuento alimento viene a ser como el pan, Lauri. Cuando terminás de comer el pan llegan los pajaritos a picar las miguitas que quedan en el mantel y te rodean de comentar...digo, de trinos.
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