Caricaturas para el diario el Ciudadano de la ciudad de Rosario publicadas entre (1998-1999) / Lápiz grafito Othelo 6B, difumino, pasteles y témpera blanca sobre papel madera.
Hace años que hago (entre otras cosas igual de poco serias) caricaturas políticas, y confieso que así como es un deber cívico tener memoria histórica también debería ser casi un deber cívico tener memoria historietórica. El caricaturista hace su trabajo, normalmente, en base a un archivo fotográfico (no como Ramón Columba que iba con papel y lápiz al mismísimo lugar de los hechos, el congreso, por ejemplo), así que con hacer solo una caricatura diaria y trabajando solo algunos años puede uno darse una idea de la cantidad de personajes a los que el caricaturista le clava la mirada hasta terminar su trabajo, y ya cuesta imaginarse a cuanto aumentará la cantidad de caricaturizados si las caricaturas son mas de una por día, y si bien es cierto que muchas veces el personaje será repetido, no es menos cierto que siempre aparece alguno nuevo ni es menos cierto que el repetido, vuelto a caricaturizar en otra postura, se puede considerar toda otra persona. En fin, que al final, con tanto ajetreo fisonómico puede el caricaturista llegar a olvidarse de quién se trataba, qué hacía, cómo se llamaba o lo que es peor, confundir a unos con otros haciendo bueno aquello de da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. Por otra parte (demás está decirlo) para un caricaturista que se precie de tal, no debería hacer falta poner el nombre debajo de la caricatura, todo lo contrario, el lector debería descubrir de quién se trata con solo darle el primer vistazo a la caricatura o, aunque mas no sea, adivinarlo. Dicho esto, vamos a ver, hagamos un ejercicio de memoria historietórica ¿quiénes carajo son estos?.
Hace años que hago (entre otras cosas igual de poco serias) caricaturas políticas, y confieso que así como es un deber cívico tener memoria histórica también debería ser casi un deber cívico tener memoria historietórica. El caricaturista hace su trabajo, normalmente, en base a un archivo fotográfico (no como Ramón Columba que iba con papel y lápiz al mismísimo lugar de los hechos, el congreso, por ejemplo), así que con hacer solo una caricatura diaria y trabajando solo algunos años puede uno darse una idea de la cantidad de personajes a los que el caricaturista le clava la mirada hasta terminar su trabajo, y ya cuesta imaginarse a cuanto aumentará la cantidad de caricaturizados si las caricaturas son mas de una por día, y si bien es cierto que muchas veces el personaje será repetido, no es menos cierto que siempre aparece alguno nuevo ni es menos cierto que el repetido, vuelto a caricaturizar en otra postura, se puede considerar toda otra persona. En fin, que al final, con tanto ajetreo fisonómico puede el caricaturista llegar a olvidarse de quién se trataba, qué hacía, cómo se llamaba o lo que es peor, confundir a unos con otros haciendo bueno aquello de da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. Por otra parte (demás está decirlo) para un caricaturista que se precie de tal, no debería hacer falta poner el nombre debajo de la caricatura, todo lo contrario, el lector debería descubrir de quién se trata con solo darle el primer vistazo a la caricatura o, aunque mas no sea, adivinarlo. Dicho esto, vamos a ver, hagamos un ejercicio de memoria historietórica ¿quiénes carajo son estos?.
16 comentarios:
Raúl Ricardo Alfonsín ( lo nombro de pie)), Fernández Meijide, De la ruá ("dicen que soy aburrido"), El chacho Alvarez ( después que lo dejo Solita Silveira), La reina de inglaterra: Elizabeth Alexandra Mary (sin sombrero me despista), ¿¿Tony blair o gustavo Beliz?? y rasputín ( después de tomar el veneno) ...no,no, disculpe es Carlos Menem!!!
Más arriba reconozco a la que dijo
“En 1.000 días, vamos a poder tomar agua del Riachuelo” María Julia Alsogaray.
Me faltan tres, me faltan tres...
Tomas!!!
Que bandita, hasta en caricatura meten miedo!
Debe ser que sus actos y la fama adquirida, trasciende hasta la mejor intencion, creatividad y destreza del mejor dibujante.
Un abrazo pibe!
nefastos personajes por doquier, que época la de carlos; si no fuera porque esa muy chico para entender que pasaba en este momento estaría curado de espanto.
muy buenas caripelas tomi, tus retratos me hacen cagar de risa!
uyyy, santos cacelorazos batman!mejor olvidarlos, porque ademas muchxs se reciclan, se fotoshopean y aparecen `tuneados` de ideas y de caras...ufff...como era ??tap tap tap (ruidos de tapas de cacerolas) QUE SE VAYN TODXS, QUE SE VAYAN TODXS!!!
hagale una mas a la Kirschner (no se si se escribe asi).Mujer elegante donde las haya...
¡Notables caricaturas! ¡Formidables!
Chacho Alvarez, acaso por ser de Racing el más logrado, aunque los monstruosos Menemse las traen.
De los que nombró solo erró uno, Silvi, al que en un principio confundió con Rasputín, y que en realidad se llama Carlos Méndez.
Tenés razón, Martín, la fama adquirida por los personajes de esta banda trascienden hasta la mejor de las intenciones... pero al menos los dejé pintados.
Sobreviviste a esa época con la cabeza bien puesta, Nico, y eso es todo un privilegio.
Frente a un televisor donde se ven los nombres de los candidatos y los sondeos previos, la madre le insiste a su hija para que vayan juntas a votar. La hija mirando el televisor le dice -Pero mamá, estamos diciendo que se vayan todos... y ahí están todos-. En resumidas cuentas es una escena del documental La Toma, hecho por la canadiense Naomi Klein en Argentina entre el 2001 y el 2002. Su sabio y socarrón ufff... cómo era? me hizo acordar, Alejandra.
Es usted un seductor irredento, Número Uno, si sigue así se va a ganar a la primera dama argentina, a pesar de su conocido rechazo por las caricaturas.
Me acuerdo que a Méndez lo hacía de memoria, Manu, y ahora hago memoria y no me acuerdo de Méndez.
che, toquensé donde corresponda y ..no lo nombren mas a M...,por favor...
Si señor, acuerdensén de la mano de Scioli, de la pierna de Pumpido y de pronunciar Méndez en lugar del apellido capicúa cada vez que no tengan mas remedio que nombrarlo. Aunque, le digo la verdad, Alejandra, cuando Méndez recién bajaba del norte como candidato para las elecciones que finalmente ganó Alfonsín, allá por los ochentas, se apareció por el diario Rosario, donde yo trabajaba haciendo caricaturas, se acercó al tablero, me dio la mano y no me pasó nada, pero eso se lo podemos atribuir a que yo siempre fui un tipo afortunado, el diario Rosario, en cambio, no duró mucho tiempo mas.
no me mienta Tomi,al derecha se la dió a Mendez..y la otra? eh? adonde tenia la otra?eh? no hace falta que me lo responda..
besos
Con la izquierda agarraba la billetera con todas mis fuerzas, Ale, usted sabe, el tipo era rapidísimo.
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