“La pelusita floja”, de la serie Nueva relectura psicológica del cuento clásico / Bocetos, detalles y algunas páginas originales / Click sobre las imágenes para ampliar.
No es ninguna novedad buscarle trasfondos psicológicos a cuentos aparentemente inocentes como el de Caperucita Roja, un cuento de hadas de transmisión oral tomado en principio por Perrault y luego por los hermanos Green, cuya versión original ya ha sido psicoanalizada, mejorada, empeorada, dulcificada, dramatizada, bastardeada, purificada y erotizada una y otra vez. No es ninguna novedad decía, pero eso no impide que cada uno intente su versión y deje constancia de sus interpretaciones.
24 comentarios:
Se ve que a esta Caperucita el lobo feroz la dejo bien enseñada en su tierna infancia
Me gustaría saber que lleva en la canastita
Besos
Que lo parió!
Que buena versión y que buen culo le hizo a caperuza.
Debe estar imperdible la parte en que El Lobo se COME a la abuela.
Grande Tomi!
Me gustaría ver su versión libre de HEIDI.
Como siempre, un trabajo impecable!!!!
Da gusto pasar por acá...siempre!
Saludos!!!
Tomasss!!!! Gato travieso
-Antes que a Caperucita se la coman en el bosque es preferible comerle el bosque a Caperucita- pensó el lobo, al tiempo que a Caperucita jamás se le había ocurrido preguntarle al lobo porqué tenía las orejas tan grandes sino porqué tenía tan grande el rabo.
En la canastita lleva los documentos, Tata, que quiere que lleve.
Verdaderamente la parte en la que el lobo se come a la abuela está imperdible, ya sabe como son los lobos, Pito, no le hacen asco a nada y se terminan chupando los dedos los muy hijos de puta.
La versión de Heidi es bastante parecida salvo que la abuelita es un abuelito...o un travesti nonagenario, no recuerdo bien en este momento.
Mas que un trabajo impecable este es un trabajo lleno de pecados, Matías, veniales como mínimo...y capitales...también como mínimo.
No me voy a quedar en gato travieso cuando todavía me da el cuero para hacer de lobo libidinoso, Martín. Y si me vas a cargar conque Tomás es nombre de gato te voy a recordar que Martín es nombre de pájaro.
Aunque pensándolo bien, a lo mejor ya somos dos lobos esteparios nosotros.
Jeje ,sos bravo, tenes la cabeza a mil. Prefiero ser un pitangus pitangus, y de lobo, solo me quedan las pulgas. Abrazo al lobo rosarino
No te hagás el inocente, Martín, que hasta las pulgas del lobo embarazan.
Sin duda el lobo rojo y la caperucita, feroz!
Ni todos los lobos son rojos ni todas las caperucitas feroces, Fraguita, pero lleva usted razón, seguramente encontraremos mas ferocidad entre las caperuzas que licantropía entre los comunistas.
Sos el REY de los brillos ...y los culos
Abrazo
Decur
Puede que mas que con un rey de brillos y culos me sienta identificado con un plebeyo que que se pela el orto, aún así no le voy a negar que andar un ratito con corona le hace sentir a uno mas real y sentarse un momento en el trono reafirma las nalgas. Vaya a usted mi bendición por el piropo, Decur.
miercole!!!se me fue esa imagen que tenia de una caperucita boluda e ingenua!!!...se ve que no le tiene miedo al "lobo" feroz jaja por llamarlo de alguna manera...
Quiero imaginar que en su versión, es Caperucita la que se come al lobo... Lo que no me quiero imaginar de ninguna manera es la escena en la que el leñador parte al medio al pobre lobo.
En ninguna de las primeras y mas clásicas versiones del cuento, Caperucita Roja le tiene miedo al lobo, Mar, incluso se detiene a hablar con él a pesar de los consejos de su mamá y hasta le desafía a una carrera para ver quien llega primero a la casa de la abuelita. Se lo digo porque es una circunstancia que me llama poderosamente la atención. Parece que la moraleja pretendía enseñar a las niñas que no había que detenerse a hablar con desconocidos y no que el lobo es un mamífero carnicero peligrosísimo en su hábitat natural. En cualquier caso lo que sería digno de estudio desde un punto de vista psicológico es de qué manera se ha conseguido el efecto contrario porque, que yo sepa, hoy en día proliferan las niñas que no temen hablar con desconocidos y, como contrapartida, el lobo es un animal en inminente peligro de extinción.
Usted sí que sabe, Miolnir, medio lobo no sirve para una mierda. Tan menospreciado está el pobre animal que hasta hay quienes prefieren ser cabeza de ratón y no cola de león, pero nada se dice sobre ser la mitad de un lobo.
Menos mal que la abuelita no andaba por ahí, porque si no se zambulle en la festichola y se le produce la típica fractura de cadera que caracteriza a las damas de su edad y queda a merced de que se la fife el lobo.
Como es de injusta la vida, querido Manu, porque, sinceramente, yo diría que a esa edad cualquier abuelita está esperando que le rompan el culo (digo en el mejor de los sentidos) antes que fracturarse la cadera.
guauchis que analisis!...habian partes que yo no sabia...me lo han contado de tantas maneras!...y es verdad eso de que provoca el efecto contrario a su intencion...hoy se habla con el primero que pasa...y asi terminan/mos tambien...
Yo diría que por lo menos hay tantas Caperucitas Rojas como maneras de contar el cuento, mire lo que le digo, Marr.
Muy buena esta Polenta, la tome prestada para publicarla en mi blog...si lo ves y no te gusta, avisame que la saco inmediatamente.
http://pablogaratdibujos.blogspot.com
...un abrazo.
Eso no es tomar prestado, Pablito, eso es tomar lo que le corresponde y encima hacerme un honor.
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