Turquesa siete, a quien desde hace mucho tiempo así le gusta que la llamen, es mi hija mayor. Hoy cumple 28 años y cada uno de esos años, tan potentes y hermosos como ella. ¡Feliz cumple Lucrecia, y salud, pibita!.
"En una de las 250 cartas que Anais Nin y Henry Miller se enviaron a lo largo de los diez años en que fueron amantes, hay una en la que ella describe un episodio, intrascendente para cualquiera, pero que su sensibilidad transforma en un hecho casi mágico. La podemos leer en la carta correspondiente al 2 y 3 de julio de 1933, cuando la autora del célebre diario le escribe al joven escritor:
Ayer había en la carretera un hombre empujando una carretilla. Con un barril lleno de líquido turquesa. Con un pulverizador, fumigaba las vides, que se volvían de un tono azulado-malva-verdoso. Hermoso. También fumiga las fachadas de las casas, dicho sea de paso, cuando hay vides en la entrada. El insecticida le salpica, de manera que su gorra está coloreada de turquesa, lo mismo que sus hombros, su cuello y sus manos. ¡Turquesa! ¿Puedes imaginar el placer de tropezar con un hombre coloreado de turquesa, con un barril rebosante de este color, y una carretilla manchada del mismo color? ¡Un hombre que se ocupa de pintar el mundo! He visto cómo pintaba el mundo silenciosamente, mientras el sol arreciaba. Pintaba la tierra, las vides, las casas, a él mismo. Me gustaría volver inmediatamente y pulverizar con turquesa tu mal humor. Ir a verte rociada de sol. El hombre de la gorra turquesa surca mis sueños...
Hola, conozco tu sitio a traves del blog de Fabian Retamar (La Puerta), lo visito seguido y me gusta mucho tu trabajo por eso, en mi blog, deje un reconocimiento para vos. Un abrazo Juane
Hace ya muchos años atrás, Lucrecia se pintaba las zapatillas rociándolas con aerosol fluorescente, nunca supe muy bien porqué, pero lo intuía, ahora veo que hasta los futbolistas usan botines fluorescentes. Muchísimas gracias por tan bella referencia, Anais, cómplice.
Los saludos nunca llegan tarde, Nicolás, y menos aún si vienen precedidos de un piropo, tanto una como la otra, dos expresiones humanas que las mujeres siempre supieron valorar a diferencia de los hombres.
Lucrecia pasó sus primeros añitos en España, donde se ganó por derecho propio que durante todo ese tiempo le dijeran guapa. Sin duda alguna, Número Uno, su apreciación será hoy, en la distancia de aquella España y de aquella niñez, un hermoso y nostálgico regalo para ella. Por otra parte describió su mirada con un acierto sorprendente, porque esa mirada, celestial y salvaje al mismo tiempo, hilvana todo su carácter. Gracias cómplice.
20 comentarios:
Hermosa tu hija y turquesa es un color que me encanta y su acticud ayuda, sin miedo aparente. Saludos y nos leemos.
Feliz cumple para otra iluminada en potencia.
Saludos
Qué hermosa Lucrecia, felicidades!!
Pues la pequeña Lulú ha crecido y se eligió Turquesa. 14 brindis por ella y otros 14 por el orgulloso fader. ¡Salute y felicidades!
A modo de FELIZ CUMPLE para Turquesa:
"En una de las 250 cartas que Anais Nin y Henry Miller se enviaron a lo largo de los diez años en que fueron amantes, hay una en la que ella describe un episodio, intrascendente para cualquiera, pero que su sensibilidad transforma en un hecho casi mágico. La podemos leer en la carta correspondiente al 2 y 3 de julio de 1933, cuando la autora del célebre diario le escribe al joven escritor:
Ayer había en la carretera un hombre empujando una carretilla. Con un barril lleno de líquido turquesa. Con un pulverizador, fumigaba las vides, que se volvían de un tono azulado-malva-verdoso. Hermoso. También fumiga las fachadas de las casas, dicho sea de paso, cuando hay vides en la entrada. El insecticida le salpica, de manera que su gorra está coloreada de turquesa, lo mismo que sus hombros, su cuello y sus manos. ¡Turquesa! ¿Puedes imaginar el placer de tropezar con un hombre coloreado de turquesa, con un barril rebosante de este color, y una carretilla manchada del mismo color? ¡Un hombre que se ocupa de pintar el mundo! He visto cómo pintaba el mundo silenciosamente, mientras el sol arreciaba. Pintaba la tierra, las vides, las casas, a él mismo. Me gustaría volver inmediatamente y pulverizar con turquesa tu mal humor. Ir a verte rociada de sol. El hombre de la gorra turquesa surca mis sueños...
Anais Nin"
Felicidades a la linda pibita y al orgulloso papá cuervo.
: )
Hola, conozco tu sitio a traves del blog de Fabian Retamar (La Puerta), lo visito seguido y me gusta mucho tu trabajo por eso, en mi blog, deje un reconocimiento para vos.
Un abrazo
Juane
Lucrecia siempre anda condimentando la vida, dándole importantes mordiscones, y deseándose a sí misma buen provecho.
Si, la piba echa luz en cada gesto, una verdadera iluminada, Martín, una LUZcrecia.
Lucrecia, energía positiva contra cualquier martes trece, Viki.
El pedo que nos vamos a agarrar cuando acreditemos los brindis que nos debemos no tiene nombre, Manu, será memorable.
Hace ya muchos años atrás, Lucrecia se pintaba las zapatillas rociándolas con aerosol fluorescente, nunca supe muy bien porqué, pero lo intuía, ahora veo que hasta los futbolistas usan botines fluorescentes. Muchísimas gracias por tan bella referencia, Anais, cómplice.
El papá cuervo habla orgulloso de sus hijos, a mi con solo hablar me basta. Gracias Fraguita.
Hay quien dice que no hay nada mejor para un rosarino que otro rosarino. Gracias Juane.
Siempre lo dije, las mujeres que hace El Tomi son las más lindas.
Saludos (aunque lleguen con atraso) a Turquesa siete.
Guapa¡¡con una potente mirada, un cielo y un felino en su mirada...
Los saludos nunca llegan tarde, Nicolás, y menos aún si vienen precedidos de un piropo, tanto una como la otra, dos expresiones humanas que las mujeres siempre supieron valorar a diferencia de los hombres.
Lucrecia pasó sus primeros añitos en España, donde se ganó por derecho propio que durante todo ese tiempo le dijeran guapa. Sin duda alguna, Número Uno, su apreciación será hoy, en la distancia de aquella España y de aquella niñez, un hermoso y nostálgico regalo para ella. Por otra parte describió su mirada con un acierto sorprendente, porque esa mirada, celestial y salvaje al mismo tiempo, hilvana todo su carácter. Gracias cómplice.
estamos jodidos Tomi.....cuanto tenemos que aprender para dibujar una carita asi.....
Tendríamos que aprender tanto como para quedar embarazados, Raulito, y dudo que lo logremos a estas alturas de nuestra hombría de bien.
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