"Extranjero sin papeles" de la serie "Tan Go Home", ilustración para la portada del periódico Mundo Hispano de Barcelona. / 55 cm. x 40 cm. / Click sobre la imagen para ampliar / Lápiz sanguina, lápiz sepia, lápiz graso negro, pasteles, lápices pastel y difumino sobre papel madera.
30 comentarios:
Tapita de lujo para los chochamus de Mundo hispano, pano... errarle se buscaron el mejor ilustrador. Verdaderamente irónico que semejante dibujante no tenga papeles
Excelente obra!
Me transmite el desarraigo ese capitan.
Maestro Tomi, me da mas datos del papel madera que utiliza? gramaje?
Prometo guardar el secreto.
un abrazo.
P.
hermoso...
hermosohermosohermosohermoso
hermanohermoso
y ese lagrimón
haciendo juego
con el burbujeo de perlas
de un mar turquesa
adónde
a que antiguo paisito
'se va se, va el vapor' de pelpa...
me queré decir?
Coincido con Manuel, una paradoja total. Me gusta que el tipito siga tocando el bandoneón a pesar del lagrimón.
El barquito de papel me recordó un jueguito que me hacía mi viejo cuando me enseñaba a hacer barcos de papel. Contaba una historia de un capitán que iba en un barco de papel y lo sacudía una tormenta en el mar que le destrozaba el barco,primero la proa, después la popa y por ultimo el mástil o la punta del barco, cuando la tormenta se iba quedaba solo una cosa. Haga la prueba, arme un barquito, rompa las puntas y desarme el papel, después me cuenta. Abrazo.
No pasa nada, Manu, se van a joder, porque es bien sabido que cuando a un pibe no le das papeles te dibuja todas las paredes de la casa.
En Barcelona no hay papel madera, y el que hay tiene unas vetas plastificadas que impiden hacer nada sobre él. Mientras hubo, usé uno al que llamaban papel garbanzo o algo así, algo mas anaranjado, pero ya no lo fabrican mas. Lo mas parecido es el que llaman papel kraft, bastante mas bruto y además poco tratable, pero me saca del paso. En Argentina en cambio, el papel madera, misionero, de envolver o como quieras llamarle, es maravilloso, no importa el gramaje. Eso si, no es el satinado sino es áspero. Incluso hay uno que viene satinado de una sola cara y entonces es utilizable el reverso. La verdad que me hiciste extrañar la nobleza del papel madera argentino, Pito, ahora me siento un poco mas identificado con el capitán desarraigado.
Tenía razón Serrat, Viruta, no es un antiguo paisito, es un extraño arenal.
Desayunemé, Maricel, porque armo el barquito, rompo la proa, la popa y el mástil y lo único que me queda es un naufragio de papel picado y un tipito flotando a duras penas en un bandoneón.
Maese Tomi, ser extranjero sin papeles en España debe ser jodido, pero que encima no se pueda conseguir papel madera allá, es una crueldad innecesaria.
Wauuuuuu !!!! es hermoso che!
Sin palabras...
Saludos
Decur
Imaginesé Miolnir, si tratan a los toros como los tratan, que no le pueden hacer a un argentino, aunque no sea holando.
Eso mismo, sin palabras y sin papeles, Decur.
a ver,vamohavé...luego de cortar las tres puntitas del barquito toma la punta del centro por arriba con los dedos de una mano y con la otra despliega los dobleses hacia abajo completamente. Capiche?...que se ve?
Ahhhy, qué romántico y que triste!
Saludos desde esa extraña patria que es la de los exiliados!
Divino barquito, dan ganas de fugarse y naufragar en una isla casi desierta!!!
¡La camiseta del capitán, Maricel!... bah... las camisetas de los capitanes, porque la verdad que despunté como diecisiete barquitos antes de descubrirlas.
Ya que don Mario Benedetti, con el ánimo de bautizar el regreso al lugar de origen después del exilio, tuvo la prudencia de inventar el término desexilio, y teniendo en cuenta que usted también se vio obligada a residir algunos años fuera de su país razón por la cual tiene conocimiento de causa, Viki, me voy a tomar el atrevimiento de plantearle este sentimiento. Es tan extraña la patria de los exiliados como la de los desexiliados.
Bueno, con darnos a la fuga estaría de acuerdo, Fraguita, pero podríamos evitar el naufragio y desembarcar serenamente con una camisa hawaina, un trago largo y la esperanza de que la isla sea casi desierta gracias a la única presencia de una señorita de noventa sesenta noventa y no más de veinte.
No me le des semejante máquina al amigo Fraguita que ya le estamos haciendo la cuca con rumbear para Rosario. pero si llegaran a ese idílico sitio y deben tomar medidas, noventa, sesenta, noventa me parece en extremo adecuadas.
EUREKA!jajaja! me encantó
Mira me recordaste a un amigo del que tengo un especial cariño a sus trabajos y una buena amistad (Iban Barenetxea): aquí su blog
http://ibanbarrenetxea.blogspot.com/
Sí, claro, esa!
Es verdad, Manu, si en el idílico sitio encontraríamos señoritas de noventa sesenta noventa serían unas medidas en extremo adecuadas, sobre todo si se mantienen en ese orden.
Pedazo de dibujanta es usted, Maricel, hasta para decir las interjecciones usa una marca de tinta.
Una cosa es la ilustración infantil europea y otra la ilustración latinoamericana para adultos. ¿Por donde andaba Número Uno?.
También es cierto que si la patria de los exiliados y la de los desexiliados son extrañas, no menos extraños son los exiliados y los desexiliados, Viki. Cuesta desexiliarse, casi tanto como exiliarse.
Sabía que ibas a saber lo que quería decir con la isla CASI desierta, Acertó quien te llamó brujo, Tomi!
: )
No solo eso, se habrá percatado usted, mi estimado Fraguita, de que tomé la precaución de aclarar que la pretendida isla sea casi desierta gracias a la presencia de una señorita (o varias) de noventa sesenta noventa y no más de veinte. Estas son condiciones previas que siempre hay que especificar antes de emprender una travesía, no vaya ser que una vez naufragados nos encontremos con la sorpresa de un macilento jabalí que no respeta ninguna de las proporciones anteriormente indicadas, o lo que es peor, una piara de ellos.
Ciertamente Tomi, pero en esta ilustración en concreto, no me negarás que por aquello de las casualidades y sin venir al caso hay cierto paralelismo en lo suyo y lo de mi buen amigo Iban ... Sin menospreciar su obra ni la del mentado.
No es una cuestión de menosprecio, Número Uno, aunque, si así fuera, un barquito de papel debe ser de bastante menos precio que un pesquero.
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