CUENTO ALIMENTO
El planisferio
Corre el imperio a resguardar sus bancos con el capital de las vidas mas cortitas del siglo en curso y no se le cae la cara de vergüenza por gastar toneladas de recién nacidos en la campaña electoral de la capital del planeta. No hay derecho. Derechos son los mástiles que sostienen las banderas y no otra cosa, por ahora. Créditos infames piden aquellos a los que les falta un punto de sal en la comida y no aquellos a los que además del punto de sal les falta la comida entera.
Cachirulo encontró un planisferio tamaño oficio revisando una bolsa de basura y se quedó rascándose la cabeza cuando el Pachuca le explicó que eso era el mundo. El mundo es mas grande, le contestó convencido Cachirulo recordando que una noche uno de los pibes, señalando el cielo del barrio, había dicho que los planetas eran grandísimos hasta allá arriba y todos se habían quedado boquiabiertos mirando las estrellas. Y sí, mas grande también es Maradona sin embargo nosotros no lo podemos ver mas que así de chiquito en las figuritas, dijo entonces el Pachuca haciendo un gesto con el índice y el pulgar. ¡Pero no hay derecho!, protestó Cachirulo, sacudiendo el planisferio con una mano y dándole palmadas con el reverso de la otra, ¡En este papelito de mierda no entra nadie!. El Pachuca sonrió imaginándose al Cachirulo y a sus siete hermanos, el papá, la mamá y la abuela organizándose para dormir en el ranchito de cuatro por cuatro. Se puso de pie y acomodó en el carrito un par de zapatillas con las suelas despegadas que habían encontrado en la calle y cuatro yogures vencidos rescatados de los contenedores del supermercado. Cachirulo también se subió sin dejar de observar atentamente el planisferio. Pachuca tanteo la goma de la bici para verificar que siguiera inflada, se montó y empezó a pedalear. Entre los chirridos propios de la falta de aceite del piñón y el tintineo de las botellas vacías, Cachirulo empezó a reflexionar en lo injusta que es la vida. Tumbado de espaldas sobre la carga del carrito, con un brazo abajo de la nuca haciendo de almohada y el otro extendido sosteniendo el planisferio que se recortaba como una paradoja sobre un firmamento celeste y blanco, repitió, no hay derecho. Si que hay, le contesto recién entonces el Pachuca sin dejar de mirar al frente, hay derecho pero nadie le da bola.
La tarde verdadera caía cuando ellos entraban al barrio teñidos de tonalidades azules y naranjas y las bandadas de gorriones que habían estado jugando mas que cualquier pibe entre las ramas de los jacarandas todo el santo día, desaparecían sin dejar rastro alguno. Cachirulo se bajó del carrito al tiempo que todo se iba tornando mas oscuro y el Pachuca estacionó la bicicleta que se había vuelto del color de las sombras. Por ejemplo tendríamos que poder ir a la escuela de una, dijo el Pachuca dando un chasquido con los dedos en el aire y el Cachirulo por primera vez en todo el viaje despegaba los ojos del planisferio y los dirigía a la silueta de su amigo recortada en las penumbras, o por ejemplo tendríamos que poder morfar todos los días, balbuceó, mientras con la manga de la remera limpiaba un churrete que caía de uno de los yogures que se estaban por repartir. Dulces pecados del mundo como caramelos sueltos en la palma de un ladrón adolescente, irresponsabilidades de una vida donde se condena mas al futuro elector de un pibe que se caga de hambre que al presente de un presidente electo comiendo pavo con las garras. ¿O vos que te creés?, siguió el Pachuca, ya sé que el mundo es gigantesco, pero decime si no se parece más a ese papelito de mierda que encontraste en la basura. Cachirulo volvió a mirar el planisferio, se lo acercó un poco a los ojos porque ya no se veía casi nada y respondió. Y si, la verdad que si. En este conflicto bélico por la subsistencia, primero deje la vida por la patria jovencito, y después reclámele a la patria lo que a usted le toca por haber dejado la vida en ella. ¿Donde está Argentina?, preguntó Cachirulo apretando los ojos. Pachuca se acercó, buscó entre las líneas confusas del papelito apuntando con el meñique hasta que descubrió los límites del país, por aquí, señaló. Viva la patria entonces, dijo en broma Cachirulo, lanzando una risita contagiosa. Si, viva esa patria donde pastan las vacas a buen resguardo del abigeato local y a merced de las ajenas mandíbulas batientes. Con que poco te conformás Cachirulo, hace un ratito decías que no había derecho, le recordó el Pachuca. Cachirulo hizo un bollito con el mapamundi, lo tiró al aire, le dio una bolea de zurda y cantó un gol imaginario. El bollito se hundió en una zanja de agua podrida y el Cachirulo le dijo al Pachuca sin dejar de reírse, lo digo en joda, mañana mismo empiezo a reclamar por mis derechos, y los dos estallaron en unas estridentes carcajadas. Derechos son los mástiles que sostienen las banderas y no otra cosa, por ahora, así que el Pachuca chocó las manos con el Cachirulo en el aire imperceptible del verano y se fue a dormir en paz el sueño empedernido de los suburbios.
Cachirulo encontró un planisferio tamaño oficio revisando una bolsa de basura y se quedó rascándose la cabeza cuando el Pachuca le explicó que eso era el mundo. El mundo es mas grande, le contestó convencido Cachirulo recordando que una noche uno de los pibes, señalando el cielo del barrio, había dicho que los planetas eran grandísimos hasta allá arriba y todos se habían quedado boquiabiertos mirando las estrellas. Y sí, mas grande también es Maradona sin embargo nosotros no lo podemos ver mas que así de chiquito en las figuritas, dijo entonces el Pachuca haciendo un gesto con el índice y el pulgar. ¡Pero no hay derecho!, protestó Cachirulo, sacudiendo el planisferio con una mano y dándole palmadas con el reverso de la otra, ¡En este papelito de mierda no entra nadie!. El Pachuca sonrió imaginándose al Cachirulo y a sus siete hermanos, el papá, la mamá y la abuela organizándose para dormir en el ranchito de cuatro por cuatro. Se puso de pie y acomodó en el carrito un par de zapatillas con las suelas despegadas que habían encontrado en la calle y cuatro yogures vencidos rescatados de los contenedores del supermercado. Cachirulo también se subió sin dejar de observar atentamente el planisferio. Pachuca tanteo la goma de la bici para verificar que siguiera inflada, se montó y empezó a pedalear. Entre los chirridos propios de la falta de aceite del piñón y el tintineo de las botellas vacías, Cachirulo empezó a reflexionar en lo injusta que es la vida. Tumbado de espaldas sobre la carga del carrito, con un brazo abajo de la nuca haciendo de almohada y el otro extendido sosteniendo el planisferio que se recortaba como una paradoja sobre un firmamento celeste y blanco, repitió, no hay derecho. Si que hay, le contesto recién entonces el Pachuca sin dejar de mirar al frente, hay derecho pero nadie le da bola.
La tarde verdadera caía cuando ellos entraban al barrio teñidos de tonalidades azules y naranjas y las bandadas de gorriones que habían estado jugando mas que cualquier pibe entre las ramas de los jacarandas todo el santo día, desaparecían sin dejar rastro alguno. Cachirulo se bajó del carrito al tiempo que todo se iba tornando mas oscuro y el Pachuca estacionó la bicicleta que se había vuelto del color de las sombras. Por ejemplo tendríamos que poder ir a la escuela de una, dijo el Pachuca dando un chasquido con los dedos en el aire y el Cachirulo por primera vez en todo el viaje despegaba los ojos del planisferio y los dirigía a la silueta de su amigo recortada en las penumbras, o por ejemplo tendríamos que poder morfar todos los días, balbuceó, mientras con la manga de la remera limpiaba un churrete que caía de uno de los yogures que se estaban por repartir. Dulces pecados del mundo como caramelos sueltos en la palma de un ladrón adolescente, irresponsabilidades de una vida donde se condena mas al futuro elector de un pibe que se caga de hambre que al presente de un presidente electo comiendo pavo con las garras. ¿O vos que te creés?, siguió el Pachuca, ya sé que el mundo es gigantesco, pero decime si no se parece más a ese papelito de mierda que encontraste en la basura. Cachirulo volvió a mirar el planisferio, se lo acercó un poco a los ojos porque ya no se veía casi nada y respondió. Y si, la verdad que si. En este conflicto bélico por la subsistencia, primero deje la vida por la patria jovencito, y después reclámele a la patria lo que a usted le toca por haber dejado la vida en ella. ¿Donde está Argentina?, preguntó Cachirulo apretando los ojos. Pachuca se acercó, buscó entre las líneas confusas del papelito apuntando con el meñique hasta que descubrió los límites del país, por aquí, señaló. Viva la patria entonces, dijo en broma Cachirulo, lanzando una risita contagiosa. Si, viva esa patria donde pastan las vacas a buen resguardo del abigeato local y a merced de las ajenas mandíbulas batientes. Con que poco te conformás Cachirulo, hace un ratito decías que no había derecho, le recordó el Pachuca. Cachirulo hizo un bollito con el mapamundi, lo tiró al aire, le dio una bolea de zurda y cantó un gol imaginario. El bollito se hundió en una zanja de agua podrida y el Cachirulo le dijo al Pachuca sin dejar de reírse, lo digo en joda, mañana mismo empiezo a reclamar por mis derechos, y los dos estallaron en unas estridentes carcajadas. Derechos son los mástiles que sostienen las banderas y no otra cosa, por ahora, así que el Pachuca chocó las manos con el Cachirulo en el aire imperceptible del verano y se fue a dormir en paz el sueño empedernido de los suburbios.
18 comentarios:
Holaaaaaaaaaaa. ¿Eso está pintado por photochop? O.o
No voy a adularlo con palabras que ya debe estar cansado de oir, simplemente hacerle llegar mi profunda admiración a su trabajo, la trayectoria y por sobre todo a su inagotable imaginación.
Saludos
Hola Mckaren:
Lápiz sanguina, lápiz sepia, lápiz sombra tostada, Lápiz pastel negro, lápices pastel de colores sobre papel madera. Ya paso a visitar tu blog.
Hola Nacho:
Nunca me voy a cansar de oir palabras, pero en lo de las adulaciones estamos de acuerdo, y profunda admiración le tengo yo al trabajo de todos los jóvenes que, como vos, desde que empiezan su trayectoria, entrenan su imaginación para que, indudablemente, sea inagotable.
Hola. Solamente pasaba a comentar que El Mágico -de "Fue un golazo..."- es increíble. El hallazgo de aquella historieta, al igual que el de este espacio, fue casualidad, y creo que lo que me hizo recorrer cada uno de los rostros que habitan aquí es, precisamente, la mirada cómplice... creo ver en todas ellas un poquito de el Mágico.
saludos.
gracias por el apoyo tomi, no sabes lo jodido que resulta manejar estas cosas solo y que nadie de los que te rodean te digan "uh, si, copado, vamos a filmar/dibujar". es cuestion de seguir rompiendo las bolas, de seguir gritando hasta que pase alguien y le interese lo que decis.
por este lado tambien se lo sigue, saludos.
su amigo nico
Ah, toda la técnica. Sí, ahí vi el lápiz en el cachete... Bueno, saludos!!
Hola Maestro!!!Bellos dibujos inspiradores.Un abrazo.chau
Feliz dia del dibujante master.
Un saludo y que lo disfrute con salú.
Hola Mckaren
Mas que técnica es no acordarme ni un solo día desde que tengo uso de razón en el que no haya hecho un dibujo. Vamos Mc!
Hola Yerard:
Me alegra tanto su elogio como que los trabajos le sean inspiradores. Tank yo cómplice. Los elogios son recíprocos.
Hola Fernando, colega combatiente. Vaya piqueteros sumaste a tu barricada. Con esos asaltamos la casa de gobierno y decretamos que el día del dibujante sea todos los días y para siempre. Saluti. Un abrazo.
Jajaja,un buen rotulo para los barriqueros Tommi,"los piqueteros de la historieta"...suena bien.
Saludos
Ey...no está nada mal. Anotalo en un papelito, sí que no es una idea desechable..."Los piqueteros de la historieta" pueda dar para mucho. Hace poco un comentarista de radio español recién llegaba desde nuestro país y admirado le contaba a otro que había descubierto que en Argentina existía la profesión “piquetero“. El otro, muy serio, le pregunto si no lo estaba jodiendo, a lo que este replicó, -para nada...si tu tienes que protestar contra cualquier cosa llamas a los piqueteros y enseguida te arman un piquete y se ponen a protestar-. Te juro Fer que es verídico. Un abrazo colegita.
Un dibujo muy laburado se ve(muchos lapices !!)no no conocia a Bobby McFerrim ...aunke no es mi estilo,aunque me causo gracia por momentos me hacia acordar al negro de locademia de policias el que hacia ruidos jejeje !
saludetes !
puta madre, increibles los ultimos trabajos.. un fuerte abrazo loquillo!...
aguante Jerome Lester Horwitz!
Hoooola Matías:
Pasé por tu blog. Me quedo esperando con ansiedad que publiques el viejo a color.
Hola Leo. Sos la enésima potencia del art nouveau. Me gusta un tocazo.
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